Los españoles consumimos casi el doble de sal en la comida que la recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
Si hace unos días os hablamos que el cocinero Jamie Olvier había sido criticado en su país por que las salsas preparadas que se comercializan bajo su nombre, tenían un alto contenido de sal (tres gramos de sal por cada cien gramos de preparación), hoy mismo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha publicado dos estudios para conocer, por una parte cuánta sal consumimos los españoles, algo que hasta ahora se desconocía, y por otra, saber con certeza el contenido en sal de los alimentos que más se consumen.
El resultado no tiene desperdicio: 9,7 gramos por persona al día, casi el doble de la cantidad recomendada por la OMS, menos de 5 gramos por persona al día.
Estos dos estudios, el primero realizado por la Universidad Complutense de Madrid y el segundo desarrollado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), formarán parte del «Plan de reducción del consumo de sal«, que el Ministerio de Sanidad puso en marcha en marzo de este año, con el objetivo de acercarnos lo más posible a los 5 gramos de sal por persona al día recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De estos dos estudios también se desprende que un 80% de la población española consume más sal en la comida de la recomendada. Este excesivo consumo de sal junto con el riesgo de padecer hipertensión arterial, observada no sólo en individuos hipertensos sino también en personas normotensas, es muy sólida y se ha comprobado tanto en estudios en animales y ensayos clínicos, como en estudios epidemiológicos. Además, el consumo elevado de sal se asocia también con un riesgo mayor de sufrir infarto cardíaco e isquemia cerebral.
Estos informes vienen precedidos por la iniciativa que puso en marcha la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, a primeros de año, cuando instó a la industria del pan reducir de manera paulatina el contenido de sal en el pan en un 26,4%. Un hecho que ha convertido al pan español en un de los panes menos «salados» de la Unión Europea.
Además, gracias al estudio de la OCU, sabemos que aproximadamente el 70-75% de la sal consumida procede de alimentos procesados y consumidos fuera del hogar. Un consumo que procede de la «sal oculta» que hay en los alimentos, ya que muchas veces el comensal desconoce cuánta sal ingiere en estos casos, por lo menos en lo que se refiere a productos no procesados.
Por ello, el esfuerzo de las autoridades debe coordinarse con la industria alimentaria, para reducir el contenido en sal en la comida de los alimentos procesados, como se hizo con el pan de panadería.