Los alérgicos a pólenes y alimentos, al mismo tiempo, tienen mayor probabilidad de desarrollar asma.
Según un informe elaborado por investigadores de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), se ha podido confirmar que entre el 70-80% de los pacientes alérgicos a alimentos vegetales (frutos secos, frutas y verduras), también reaccionan al entrar en contacto con ciertos tipos de pólenes.
El trabajo (el primero que se lleva a cabo en España), ha sido realizado por la Red Vegetalia, grupo formado por 11 equipos de investigación, dependientes de diversas administraciones, instituciones y que en su desarrollo ha contado con la colaboración del Instituto de Salud Carlos III, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo.
El doctor Javier Cuesta, coordinador de la Red Vegetalia y miembro de la SEAIC explica que “existe una estrecha asociación entre la alergia a pólenes y alimentos vegetales. Por ello, hasta la fecha, siempre se ha pensado que la alergia a frutas estaba producida por causa de los pólenes, debido a que ambos comparten la sensibilización a algunos de sus componentes. Sin embargo, no es así porque se ha comprobado que no todos los alérgicos a frutas, lo son a pólenes”.
Asimismo, este estudio ha probado cómo los pacientes polínicos o con alergia a polen muestran reacción sólo ante pruebas cutáneas a alimentos de origen vegetal en un 30-40% de los casos, en gran medida a frutas y frutos secos, mientras que, en torno al 20%, muestra reacción en el momento en que se ingieren ciertos alimentos de origen vegetal.
El coordinador de la Red Vegetalia destaca “entre los datos que pudimos constatar en este trabajo”, el de aquellos pacientes sensibilizados a frutas y frutos secos que no tenían alergia a polen concomitante, y que “presentan con más frecuencia reacciones generalizadas y graves al comer un alimento, mientras que, aquellos alérgicos que reaccionan a frutas/frutos secos y pólenes, al mismo tiempo, muestran una menor expresión en los síntomas de gravedad de la alergia alimentaria (picor en la boca, etc.), aunque muestran una mayor gravedad en la manifestación de la alergia a pólenes, ya que éstos desarrollan asma con mayor frecuencia”.
Dado el incremento en el número de pacientes alérgicos a pólenes en los últimos años, es de esperar que la cifra de alérgicos a frutas también haya experimentado una escalada similar.
Entre las proteínas alergénicas que con más frecuencia se pueden encontrar en las frutas, destacan la LTP (proteína transportadora de lípidos) y la profilina.
La LTP es el alergeno principal de melocotón y de varios frutos secos, y en general, el principal alimento de origen vegetal causante de alergia es el melocotón, seguido por el melón, kiwi y frutos secos.
Entre otros hallazgos de este estudio, el doctor Cuesta añade que “en el caso de la alergia a melocotón, frutos secos y manzana se asocia con sensibilización a LTP, mientras que el melón, sandía, tomate o pera se asocian con la sensibilización a profilina.
Se ha comprobado que las reacciones por LTP están ligadas con mayor frecuencia a reacciones generalizadas y graves, que en algunos casos pueden poner en peligro la vida del paciente, mientras que la sensibilización a profilinas se asocia a un cuadro de síntomas mas leve, el síndrome de alergia oral”.
Los expertos en alergología presagian una primavera muy complicada para los alérgicos al polen.
De hecho, se espera que las concentraciones acumuladas de polen de gramíneas superen los 7.000 granos por m3 de aire, frente a los 5.000 grs./m3 registrados en 2006.
Los alergólogos señalan que existe una estrecha relación entre el aumento de las concentraciones de este polen y el incremento de los síntomas alérgicos y el asma en los pacientes.
“Por ello, contar con esta información puede ayudar a predecir las epidemias de asma y permitir que los servicios sanitarios, industria farmacéutica y pacientes estén correctamente preparados”, indica el doctor Javier Subiza, coordinador del Comité de Aerobiología de la SEAIC.
Al menos dos millones y medio de personas en España padecen asma y afecta a un 5 por ciento de los adultos y a un 10% de niños.
El asma si no se trata, requiere hospitalización y en más de la mitad de los casos produce absentismo laboral o escolar, limitaciones en la actividad diaria y, en algunos casos, puede provocar la muerte.
Sin embargo, según afirman los expertos, con una terapia correcta, el 90% de los asmáticos puede llevar una vida normal.
Vía: AZprensa.com