Se ha publicado los resultados de la primera fase del Programa PERSEO. Un plan diseñado por el Ministerio de Sanidad y Política Social para mejorar la salud de los escolares y que forma parte de la Estrategia NAOS.
Y las principales conclusiones no nos sorprenden. Los niños españoles abusan de carnes y frituras y no toman la cantidad suficiente de verduras, pescados, legumbres, huevos, yogur y fruta.
Según los datos de este informe el 40% del aporte energético de los escolares de entre 6 y 10 años en España procede de las grasas, pese a que las recomendaciones de los expertos sitúan este porcentaje en torno a un 30%. En este sentido, no se han detectado diferencias significativas entre los niños que comen en casa y los que lo hacen en el comedor escolar.
Además de un desequilibrio de nutrientes, el análisis de los hábitos alimenticios de 14.000 escolares procedentes de Andalucía, Canarias, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Murcia y Ceuta y Melilla, también ha detectado un desapego a la tradicional dieta mediterránea.
Un ejemplo que confirma lo anterior es el desayuno. El 6% de los niños y el 5% de las niñas acuden al colegio sin desayunar y no nos cansamos de decir que la primera comida del día es la más importante. Un desayuno equilibrado y saludable debe incluir un lácteo (leche, yogur o queso), cereal, (preferentemente pan, copos de cereales, galletas, bizcocho), una grasa de complemento (aceite de oliva, un poco de mantequilla), fruta o por el contrario su zumo, mermelada o miel y, dos días por semana, jamón u otro fiambre.
El informe, presentado por la ministra de sanidad Trinidad Jiménez esta mañana en Cambre (A Coruña), revela que el 19,8% de los niños y el 15% de las niñas analizadas presenta obesidad, debido principalmente a que tienen una vida muy sedentaria -un 13% de los niños analizados confesó no hacer nunca deporte- y siguen unas dietas poco recomendables que hacen que un considerable porcentaje de la población infantil sufra, según el documento, problemas de sobrepeso.
El primer objetivo del programa, desarrollado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), era hacer esta evaluación de la situación nutricional de los escolares para, después, «aplicar acciones».
El plan ha realizado valoraciones antropométricas a cada estudiante (talla, peso e índice de masa corporal), que volverán a repetirse al final de la intervención. Tras la primera medición, los padres han recibido de forma confidencial los datos correspondientes a sus hijos. «En el 5,01% de los casos se han detectado problemas de salud, por lo que se ha avisado a las familias sobre la conveniencia de acudir a su médico para una valoración«.
En este sentido la ministra incidió en la necesidad de no hacerle ver a los escolares la actividad física sólo como deporte, sino mostrar otro tipo de alternativas de ocio en la que los niños también queman grasas.
Por todo ello consideró necesario aumentar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres, yogur y pescado en los colegios; que las familias conozcan previamente los menús ofertados en los comedores escolares y, poner un «especial énfasis» en que los alumnos hagan un desayuno adecuado, aumenten la actividad física y combatan el sedentarismo, tanto dentro como fuera.
La ministra consideró que el programa «va a dar un magnífico resultado», al tiempo que destacó el papel de las familias, «sin las cuales sería muy difícil desarrollar e implementar este programa», y que, además, se encargan de reforzar en los hogares la tarea educativa.
Asimismo, recomendó a los padres, que también lleven hábitos de vida saludables para que sus hijos «tengan un espejo en el que mirarse» y se conviertan en alumnos sanos.
Difícil tarea para muchos hogares en los cuales son los padres los primeros en no seguir una dieta «adecuada» como la mediterránea.
Vía: abc.es