¿Los lácteos son malos? Evidentemente no, además de proporcionar calcio, contienen proteínas, vitaminas y otros nutrientes básicos en una dieta sana y equilibrada, por lo que no se trata sólo de una bebida necesaria para los niños, sino de un alimento indispensable en la dieta de los adultos.
Para el adulto, al igual que ocurre durante la infancia y la adolescencia, la ingesta de leche y los productos lácteos es necesaria al tratarse de uno de los pilares fundamentales de una buena alimentación, ya que son productos completos que contienen gran variedad de nutrientes, y equilibrados, por presentar un balance óptimo entre sus constituyentes mayoritarios: grasas, proteínas y carbohidratos.
Además nos aportan a nuestra dieta una amplia variedad de macro y micronutrientes en relación con su contenido en calorías. Su composición, variable en agua, lactosa, grasa, proteínas, vitaminas y minerales, hace que se adapten muy bien a todo tipo de dietas y necesidades nutricionales. Por lo que evidentemente el mito de que los lácteos son malos no tiene fundamento.
Tras cumplir los 35 años nuestro cuerpo deja de constituir nuestros huesos y comienza a perder masa ósea, y en las mujeres, la pérdida ósea ocurre incluso de forma más rápida después de la menopausia. Esto puede llevar a padecer la enfermedad llamada osteoporosis, en la que los huesos se debilitan tanto que no pueden soportar este tipo de pérdida.
Normalmente no aparecen síntomas, pero los huesos frágiles corren un riesgo mayor de fracturas o roturas, por ejemplo, cuando se cae una persona mayor Mantener una dieta rica en calcio ayuda a minimizar la pérdida de la densidad mineral ósea, causa principal del debilitamiento de los huesos. Una de las formas más fáciles de hacerlo es mediante el consumo regular de productos lácteos, los cuales cuentan con un elevado porcentaje del calcio necesario.
Actualmente encontramos en el mercado diferentes productos lácteos enriquecidos en calcio y vitamina D, vitamina que facilita la absorción del calcio, aparte de otros tipos de lácteos ricos en fibra, en esteroles vegetales (ingredientes reconocidos por la European Food Safety Authority como reductores del colesterol), entre otros.
Según la «Guía Alimentaria para la Población Española: recomendaciones para una dieta saludable», elaborada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) -entidad que se creó con el objetivo general de estudiar y defender unos hábitos alimentarios saludables de acuerdo con una política coherente y con fundamento científico- esto se obtiene a partir beber de entre dos a cinco raciones de lácteos al día (entendiendo por ración un vaso de leche, dos yogures, una o dos porciones de queso tierno, etc), sin embargo, para asegurar que se cubran estas cantidades, desde El aderezo proponemos realizar recetas con productos lácteos, ya que los nutrientes que los componen también ayudan a enriquecerlas.
En definitiva, la leche es una fuente de nutrientes esenciales, que proporciona más del 50% de la cantidad diaria recomendada de calcio, de vitamina A, B12 y fósforo, además de proteínas de alto valor biológico (caseína y proteínas séricas), básicos en una dieta sana y equilibrada, por lo que no se trata sólo de una bebida necesaria para los niños, sino de un alimento indispensable en la dieta de los adultos.
