Ciertamente si un envase de leche lleva abierto unos días no hay que ser muy despabilado para darte cuenta que estará malo. Pero que pasa cuando durante el proceso de envasado o almacenamiento se ha perforado el envase.
Es terrible la sensación de servirte un vaso de leche fresquita, pegarle un buen trago confiadamente para a continuación ir corriendo al lavabo y escupir ese asqueroso sabor a leche agria. Si os ha pasado sabéis de que hablo y lo desagradable que resulta…..
Ahora un grupo de investigadores de China y Estados Unidos han descubierto una simple reacción química que puede ser usada para detectar si la leche que compras en el supermercado se ha convertido en requesón por el camino, evitándote el disgusto de comprobarlo por ti mismo.
El sistema funciona en parte gracias a un pequeño dispositivo que flota en el níveo líquido y ha diseñado de forma que puede ser escaneado en la caja del supermercado con un imán, vibrando lentamente si la leche se ha espesado. Lo mismo sucedería si por ejemplo se detectara el peligroso estafilococo áureo en la leche, una bacteria que además de mandarte al hospital, hace que el líquido sea menos viscoso de lo normal.
Los inventores del aparato afirman que su idea costaría menos de un 1 céntimo de euro por botella de leche, y también podría emplearse en envases de sopas y zumos.
Un buen invento para evitar los «malos tragos»
[Vía: engadget]
