El ajo, uno de los ingredientes más característicos y saludables de la dieta mediterránea, gracias a sus propiedades culinarias y medicinales, ha sido «redescubierto» por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Connecticut.
Estos científicos han comunicado que tienen la primera prueba de que el ajo fresco machacado tiene más efectos saludables para el corazón que el seco. El estudio, basado en alimentar con ajo a animales de laboratorio durante 30 días, también cuestionó la creencia de que la mayoría de los beneficios se deben a su gran cantidad de antioxidantes.
Los investigadores descubrieron que los efectos beneficiosos para el corazón parecían venir del sulfuro de hidrógeno, una sustancia que se forma cuando el ajo se corta o se machaca y relaja los vasos sanguíneos cuando se come.
Según Dipak K. Das, uno de los investigadores del estudio, “aunque es más conocido por el mal olor, el sulfuro de hidrógeno también actúa como un mensajero químico en el cuerpo, relajando los vasos sanguíneos y permitiendo que pase más sangre, aunque, esta propiedad se pierde una vez se ha procesado y cocinado».
La investigación, que será publicada en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, se basó en dar ajo procesado y crudo y machacado a dos grupos de ratas de laboratorio. Tanto el ajo crudo como el procesado redujeron el daño de la falta de oxígeno, pero el grupo al que se administró el ajo crudo tuvo un efecto significativamente mayor para restaurar el correcto flujo sanguíneo en la aorta e incrementó la presión en el ventrículo izquierdo del corazón.
Estos resultados han sido muy bien acogidos entre los pacientes de cardiología que usan la medicina natural y complementaria en los Estados Unidos. Un país en el cual uno de cada tres adultos usan alguna forma de medicina alternativa.