Según la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN), cerca del 25 por ciento de la población española sufre alergia a algún alimento.
Aunque esto no se queda ahi, ya que la cantidad de alérgicos aumentará hasta alcanzar el 50% de la población española en las próximas dos décadas, gracias en parte, a la aparición de nuevos productos en la alimentación junto con la aparición de nuevos alérgenos y las sensibilizaciones cruzadas entre alimentos y alérgenos no alimentarios.
Otros de los motivos que influirán en el aumento de alérgicos a los alimentos serán la emigración e inmigración, así como la adopción de dietas y productos importados.
Estas alergias, que pueden ser respiratorias, cutáneas, gastrointestinales, sistémicas e incluso producir un «shock» anafiláctico, suelen estar producidas por la proteína de la leche de vaca, cacahuetes y otros frutos secos, fruta, huevos y legumbres. Mientras que las intolerancias más habituales son a la lactosa y al gluten.
En este sentido, los expertos reunidos en el IV Congreso de AEDN, que se clausura hoy en el Palacio Euskalduna de Bilbao, explicaron que no se debe confundir la alergia alimentaria, que es una forma de intolerancia a un alimento o a uno de sus componentes que activa el sistema inmunológico, con la intolerancia que no afecta al sistema inmunológico.
En ambos casos, los expertos destacaron el papel que tiene el dietista-nutricionista, en las personas enfermas, sobre todo en los niños, y recordaron que se debe realizar un seguimiento de los menús, además de adecuar la cocina y utensilios, así como formar a las personas que están en contacto con el niño para que éste no tenga problemas con su alimentación.
Por otra parte, durante el congreso, destacaron la aparición de los alimentos transgénicos y la biotecnología de los alimentos que «sigue provocando múltiples repercusiones sociales y jurídicas».
A este respecto, aseguraron que «hay un profundo desconocimiento por parte del consumidor que rechaza todo aquello que implique la modificación y manipulación genética». Sin embargo, recuerdan que «los científicos defienden estas técnicas ya que hacen que ciertas plantas sean resistentes a los insectos o que mejoren su producción».
Lo malo que son los consumidores quien rechazan estos alimentos por ser estos, en parte, los principales generadores de alergias alimenticias.
Vía: noticias.yahoo.es