Según un estudio, consumir habitualmente frutas y verduras protege a los niños frente a problemas como el asma o la rinitis.
La relación entre una alimentación rica en frutas y verduras y un descenso en el riesgo de padecer asma había sido ya demostrada en varios estudios en adultos. Sin embargo, pocos trabajos habían estudiado a fondo esta relación en niños.
Con este objetivo, un grupo de investigadores analizó a través de varios cuestionarios los hábitos alimenticios y la incidencia de alergias y problemas respiratorios en casi 700 niños de edades comprendidas entre los 7 y los 18 años en una población rural de Creta (Grecia).
Previamente, se había detectado que en la zona las alergias de piel eran bastante comunes, mientras que el asma o la rinitis eran relativamente poco frecuentes.
El 80% de los niños manifestó que consumía fruta fresca y verduras al menos dos veces al día. Además, los investigadores comprobaron que la ingesta de productos locales como naranjas, uvas, tomates y manzanas era especialmente alta.
Los resultados de la investigación, que se publica en la revista «Thorax», mostraron que tomar frutas y verduras habitualmente era especialmente beneficioso en la prevención de la rinitis alérgica y síntomas del asma, como la dificultad para inhalar.
Por el contrario, los investigadores constataron que el consumo de margarina aumentaba de forma considerable el riesgo de padecer asma y rinitis alérgica.
Según explican los autores de este estudio, la protección atribuida a las frutas y vegetales se debe a su alto contenido en antioxidantes y en que las vitaminas A, C y E en muchos de esos productos, resulta beneficiosa para las vías respiratorias de los más pequeños.
El estudio también puso de manifiesto el valor particular de alimentos como las nueces o las uvas, que se mostraron importantes protectores frente a las alergias.
Aunque los autores de este trabajo reconocen que el estudio tiene limitaciones y son necesarias más investigaciones sobre el tema, los datos parecen apoyar una vez más la tesis que sugiere la existencia de una estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario.
Vía:elmundosalud