Alemania veta también el cultivo del maíz transgénico por temor a los riesgos que pueda «encerrar» para el medio ambiente y la salud humana.
De esta manera, Alemania, se ha sumado al grupo de países europeos que prohíben el cultivo de maíz transgénico «Mon 810», del gigante agropecuario Monsanto, por temor a los riesgos que pueda acarrear para la salud humana y el medio ambiente.
Esta variedad de maíz transgénico sí está autorizada en España. Según datos de Greenpeace, nuestro país es el único territorio de la Unión Europea (UE) que cultiva transgénicos a gran escala, incluido el MON 810.
El año pasado se cultivaron en suelo español unas 80.000 hectáreas de maíz modificado con genes de bacterias, según esta organización ecologista.
La decisión de negar el cultivo del maíz transgénico fue tomada después de estudiar informes tanto de Monsanto como estudios críticos presentados por diversos institutos, incluidas entidades estatales, y organizaciones ambientalistas.
El maíz transgénico Mon 810, que en Estados Unidos se comercializa con el nombre YieldGard, fue alterado en su estructura genética para producir una proteína como insecticida y así repeler algunos insectos lepidópteros.
Sin embargo, organizaciones ambientalistas temen que el cultivo de este maíz modificado genéticamente pueda tener un grave impacto en el medio ambiente, como generar resistencia en los insectos y afectar de forma negativa al organismo humano.
El Mon 810 es cultivado en la UE, Japón, Canadá, Sudáfrica y Argentina, país éste último en el que es empleado para la alimentación humana y como pienso para animales.
El cultivo del único Organismo Genéticamente Modificado (OGM), MON 810, que se cultiva en la Unión Europea, salvo en Francia y Grecia (que está prohibido), fue permitido en 1998 por la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA) después de que no se encontraran efectos negativos en ratas que habían sido alimentadas durante 90 días con esa variedad. Este permiso fue para diez años y es ahora cuando su renovación está siendo evaluada por el Parlamento Europeo.
Vía: swissinfo.ch
