A estas alturas, ni que decir tiene que Ávila es una de las ciudades más turísticas de Castilla y León. Al rico patrimonio cultural que se esconde en cada uno de sus rincones, se une un tipo de turismo que cada día está más en boga. Hablamos del turismo gastronómico.
De un tiempo a esta parte son muchas las personas que se acercan hasta Ávila en busca de un tipo de gastronomía distinto, basada en la cocina tradicional, pero renovada, con otro estilo y presentación.
Uno de los restaurantes que más están apostando por esta renovación de la gastronomía abulense es La Pera Limonera. Un local enclavado en una de las plazas más emblemáticas de la ciudad, enfrente de la iglesia de Mosén Rubí de la que recibe el nombre, en pleno casco histórico de la ciudad.
Una casona del siglo XIX de dos plantas fue el lugar elegido por el cocinero Fernando Ortiz, hace algo más de cinco años, para poner en marcha su proyecto. Con mucha ilusión, y con la ayuda inestimable de su hermana María Ortiz, jefa de sala, La Pera Limonera se ha convertido en uno de los restaurantes más punteros y visitados de la ciudad de Ávila.
Con solo ver la fachada se puede intuir que este restaurante es distinto. Una vez se cruza el umbral de la puerta esa sensación se hace real. Un personal de sala bien preparado e instruido, inusual en muchos establecimientos en estos tiempos, da la bienvenida y acompaña al comensal hasta su mesa.
Una vez sentados sorprende la decoración interior, donde sobresale el contraste que hay entre las paredes originales, de granito y ladrillo caravista, y el mobiliario de estilo minimalista, en tonos claros y verdes.
Con un nivel de precios medio-alto, elegir entre cualquiera de los platos que componen la variada carta de La Pera Limonera, donde sobresalen los arroces y pescados frescos, es algo complicado. En esta tesitura es donde María Ortiz, siempre atenta, orienta al comensal con gran amabilidad y le ayuda en su decisión.
Para comenzar uno o dos entrantes. Siguiendo las sugerencias que nos hizo María, unas exquisitas “albóndigas de solomillo con setas en su salsa con trufa negra” y un “carpaccio de salmón marinado con aceite de oliva virgen del Valle del Tiétar”.
Continuamos con el plato principal, en este caso un arroz. Aunque también está la opción de tomar un plato a base de las excelentes carnes abulenses, pescados del día o bien un poco de pasta fresca o una refrescante ensalada.
Entre los varios tipos de arroces que hay en La Pera Limonera (de carabineros, bogavante, con pulpo o pollo de corral y secreto ibérico), nosotros nos decantamos por un «arroz meloso de pollo de corral y secreto ibérico«, servido en el punto exacto de cocción y con un sabor y melosidad extraordinaria. Todo ello armonizado con un vino albariño, seleccionado entre más de 100 referencias vitivinícolas que componen la bodega de este restaurante y, que como sucedió en los platos, nos dejamos aconsejar.
Después del buen sabor que nos dejo este arroz, pasamos directamente a los postres. Una más que recomendable tarta de manzana. Una tarta individual, servida templada, sin crema pastelera y acompañada de un helado de vainilla.
No nos quedamos con las ganas de pedir un melocotón asado con frutos rojos. Un plato de un sabor delicado y con un melocotón que se deshacía en la boca.
Después del café, un paseo por el casco histórico de Ávila hizo que el día fuese la pera, La Pera Limonera.
[alert type=white ] Por desgracia hace unos días hemos recibido la noticia de que este fantástico restaurante cierra sus puertas debido a la crisis económica. Desde eladerezo.com queremos transmitir a María y Fernando Ortiz nuestra solidaridad y desearles toda la suerte del mundo en su proyecto de hotel en el centro de Avila.[/alert]