La nueva Guía Michelín 2009 España y Portugal sigue estando de crisis, no de ventas, más bien de estrellas. No ha concedido a ningún restaurante español la tercera estrella Michelín. Si que había muchos aspirantes pero ninguno ha llegado a la cima del Olimpo gastronómico.
Entre los aspirantes a «súper» restaurante estaban, los sempiternos, Celler de Can Roca de los hermanos Joan, Josep y Jordi Roca y el Mugaritz de Andoni Luis Aduriz en Rentería (Guipúzcoa), cuarto restaurante más influyente del mundo según la lista Restaurant 2008, y en la actualidad con dos estrellas en la guía roja.
En esta nueva edición de la Guía Michelín 2009 España y Portugal en vez de dar, han restado estrellas.
Uno de los restaurantes que se llevan peor nota, y eso que es uno de los más conocidos de toda Galicia, es el que la cocinera Toñi Vicente tiene en Santiago, que ha visto como desaparece su única estrella Michelín junto con el nombre del establecimiento en la propia guía, por un «pequeño» escándalo con unas «presuntas» vieiras contaminadas.
Lo que si se ha confirmado ha sido el rumor que surgió hace unos días que daba, de golpe, dos estrellas Michelín al nuevo local de Sergi Arola. El secreto, dicen, está en el servicio y en la calidad de su cocina.
En cambio, el anterior restaurante regentado por Arola, La Brioche, no sólo pierde sus estrellas sino que también queda fuera de la guía.
Otro que también pierde una estrella ha sido el restaurante «Zuberoa» de Hilario Arbelaitz. Según dicen los de la Guía Michelín «porque está en un estancamiento peligroso».
En fin, seguiremos con los seis restaurantes triestrellados de siempre (Arzak, Akelarre, Martín Berasategui, El Bulli, Can Fabes y Sant Pau) y otros nueve con dos, los que siguen con una y 16 nuevos restaurantes que han logrado su primera estrella, entre los cuales destaca el restaurante Alboroque (Madrid) del cocinero Andrés Madrigal.
Mucha polvareda, por poco más de 140 estrellas (141 en total), es la que se ha levantado en torno ha esta guía que igual eleva un restaurante a los cielos como que baja a otro a los infiernos.
Menos mal que siempre nos quedará la Guía Michelín 2009 de Tokio.
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Vía: elpais.com