Los parasoles (lepiota gigante, Macrolepiota procepa) son un tipo de setas muy apreciadas por el paladar.
Por fin podemos salir a los bosques y pinares de la zona de Valladolid y Segovia a buscar setas y no volver a casa con la cesta vacía.
Este fin de semana hemos podido disfrutar de un día «buscasetas». No es que encontráramos muchas pero alguna se vino a nuestra cocina. Entre ellas algún níscalo y estos «esbeltos» parasoles.
El parasol es, como todas las setas, frágil de textura suave y delicada con un sabor a nuez o avellana. Está delicioso a la plancha con unas gotas de aceite de oliva virgen y unos granos de sal gorda, pero esta vez quise «complicarme» algo más en la cocina y los hice en tempura.
Raciones |
- 12 Setas Parasoles
- 200 g Harina
- 1 vaso Agua muy fría
- 1 Yema de huevo
- sal
- Aceite de oliva virgen
Ingredientes |
- Batimos con un tenedor en un bol, el agua, la harina, la yema de huevo y la sal.
- Batimos con un tenedor hasta que nos quede una masa homogénea sin grumos. La mezcla no tiene que quedar ni muy espesa ni muy líquida.
- Dejamos reposar media hora en la nevera.
- Mientras limpiamos el sombrerete o parasol con un pincel y descartamos el tallo o pie.
- Ponemos abundante aceite de oliva a calentar en una sartén y después de sazonar las setas pasamos una por una por la tempura y las freímos.
- Cuando estén doradas, por ambos lados, sacamos a un plato con papel absorbente.
Son perfectas para degustarlas solas como aperitivo junto con una salsa Alioli o mayonesa o bien como acompañante de cualquier plato de pescado o carne.