Es una tarta de queso perfecta para sorprender a tus invitados en esta Navidad. Su sabor a queso fresco se combina a la perfección con la dulce y ligera cobertura de nata montada y el toque de acidez de los frutos rojos. Y para darle un toque especial y diferente, se le ha añadido una capa de chocolate derretido por encima. Además, es muy fácil de hacer y no requiere mucho tiempo de preparación. Con un poco de paciencia y seguir los pasos de la receta, podrás tener lista esta deliciosa tarta de queso en poco tiempo. ¡Es una opción perfecta para cualquier ocasión especial!
Precalentamos el horno a 200º, colocando la bandeja o rejilla en la ranura del centro del horno.
Mezclamos en un cuenco amplio, con la ayuda de una batidora, el queso con los huevos, el azúcar, el dulce de leche y la nata, hasta conseguir una crema sin grumos.
Colocamos papel de horno en un molde de 22 o 24 cm.
Vertemos la mezcla anterior en el molde.
Introducimos el molde en el horno y dejamos hacer durante 15 minutos. Bajamos la temperatura a 180º y dejamos hacer otros 40 minutos.
Dejamos templar en el interior del horno, con la puerta entreabierta.
Sacamos, dejamos enfriar por completo.
Antes de servir en la mesa prepararemos la cobertura.
Echamos la nata -que habremos tenido en el frigorífico- en un cuenco junto con el té matcha. Batimos con la ayuda de unas varillas y agregamos el azúcar glas, de poco en poco, hasta que la nata esté montada.
Esparcimos la nata montada sobre la tarta de queso. Decoramos con los frutos rojos.
Colocamos el chocolate en trozos en un vaso y fundimos durante unos segundos en el microondas.
Con la ayuda de un tenedor, decoramos la superficie de la tarta de queso.