Estas Rosquillas Fritas tradicionales son esponjosas y muy fáciles de cocinar. Una receta tradicional de Semana Santa que está deliciosa cualquier día del año.
Cascamos los huevos sobre una cazuela o cuenco amplio.
Añadimos el zumo de naranja, el aceite, la levadura y los sobres de gaseosas o Gasificante para repostería.
Batimos con la ayuda de unas varillas.
Incorporamos el aguardiente (o ron) y la ralladura de limón. Mezclamos.
Añadimos el azúcar, la harina y el coco rallado. Mezclamos con las varillas primero y, cuando ya no podamos, con las manos BIEN LIMPIAS.
Amasamos hasta conseguir una masa homogénea, brillante y elástica, para nada pegajosa. Si fuera así, añadimos poco a poco harina o coco rallado hasta conseguirlo.
Ponemos a calentar abundante aceite en una sartén y damos forma a las rosquillas. No muy grandes, cuando se fríen aumentan de tamaño.
Freímos a fuego medio las rosquillas y sacamos sobre papel absorbente.
Cuando tengamos todas las rosquillas fritas, prepararemos un almíbar. Vertemos todos los ingredientes en un cazo y hervimos durante 15 minutos.
Retiramos del fuego, dejamos templar y metemos las rosquillas, una a una en el cazo del almíbar, bañamos bien durante unos segundos y sacamos sobre una fuente que tendremos con azúcar glas y canela. Rebozamos las rosquillas fritas en esta mezcla y sacamos a una bandeja o cesta de mimbre.
Notas de la receta
Estas rosquillas fritas están verdaderamente deliciosas y están mejor de un día para otro. Es más, hace ya tres días que las preparé y están hoy mejor que el primer día.