Enharinamos y doramos en una sartén o cazuela (donde elaboremos la receta) con cuatro o cinco cucharadas de aceite de oliva.
Cuando tengamos todos los trozos de carne dorados, pochamos en ese mismo aceite el puerro, la cebolla, los ajos (pelados y enteros) y el pimiento rojo, limpios y cortados en trozos no muy grandes.
Añadimos el laurel junto con el jengibre y las zanahorias limpias y en láminas.
Dejamos unos minutos para que se ablanden las verduras. Sazonamos.
Incorporamos los trozos del rabo de toro y cubrimos con el vino y el caldo.
Cuando rompa el hervor, desespumamos, tapamos la cazuela y dejamos cocer a fuego lento unas tres horas.
Probamos el punto de sal y que la carne esté tierna y hecha (se tiene que separar del hueso).
Sacamos los trozos del rabo de toro a una fuente de servir y pasamos la salsa por un chino. Nos tiene que quedar una salsa espesita y brillante (como la de la fotografía), si no tiene “consistencia” la ponemos a reducir en un cazo al fuego.
Cubrimos con la salsa y servimos como acompañamiento, si queremos, con unas patatas fritas el delicioso rabo de toro.
Notas de la receta
Una receta tradicional y tan deliciosa como esta, hay que cocinarla en casa de todas las maneras.