Durante todo el proceso la cocina adquiere unos aromas que te llevan a la infancia cuando las abuelas preparaban esas pastas de piñón cuyas recetas muchas veces se han quedado en el secreto más absoluto por no dejarlas escritas y pasarlas de viva voz a sus «testamentarios» sin apuntarlas en ningún sitio.
Susana hizo todo el proceso de la receta de pastas de piñón a mano, pero yo utilicé la Thermomix para elaborar la masa.
En el vaso de la Thermomix ponemos los Piñones de Pedrajas, los picamos a velocidad 5 durante unos segundos, después añadimos la manteca de cerdo, la mantequilla, los dos huevos junto con la yema y el azúcar. Batimos a 37º, 2 minutos, velocidad 2.
Durante este par de minutos mezclamos la harina con la levadura. Se lo añadimos a la mezcla anterior.
Lo mezclamos unos segundos a velocidad 6 y programamos 3 minutos más a velocidad espiga.
La masa quedará con mucho brillo y no se nos pegará en las manos.
Sacamos a una superficie limpia y sin trabajarla mucho la estiramos hasta conseguir una lámina de un grosor de medio centímetro como poco.
Cortamos con un corta pastas u otros utensilios (yo utilicé un vaso y el tapón de una botella de agua para hacer los círculos de dentro).
Las colocamos en la bandeja del horno (esta tendrá un silpat o papel de horno).
Batimos el huevo que nos queda y pintamos las pastas, decoramos con piñones y las metemos al horno precalentado a 240º, con calor arriba y abajo.
Dejamos que se doren (sobre 10 minutos). A mí la primera tanda de pastas las dejé más tiempo y quedaron muy «secas» las segundas estuvieron el tiempo estimado y quedaron muchísimo mejor.
En cuanto pasen cinco minutos en el horno no las dejes de vigilar ya que se doran enseguida.