No hay semana en verano que no preparemos una quiché para degustar en la comida o en la cena.
Este tipo de elaboración es ideal para reutilizar sobras como verduras cocidas; guisos de carne, pescados y cualquier otra elaboración que no lleve mucho tiempo en la nevera.
Elaboraciones fáciles que, con un poco de imaginación y cuatro cosas contadas, nos permiten hacer un plato completo y de lo más resultón en muy poquito tiempo.
Y lo mejor del quiché es que podemos hacerlo con bastante antelación y tomarlo, frío, templado o caliente. Sólo o acompañado de una completa ensalada.
Tiempo de preparación | 1 hora |
Raciones |
- 1 lamina hojaldre o Masa quebrada
- 3 huevos “M”
- 250 g Brócoli cocido al punto
- 200 ml Nata líquida para montar 35% M. G.
- 4 Pimientos del piquillo en Conserva
- 8 Anchoas
- 150 g Queso rallado
- sal
- pimienta negra recién molida
Ingredientes
|
- Precalentamos el horno a 180 °C.
- Estiramos la masa quebrada o de hojaldre fresca, con el papel de horno incluido, sobre un molde de 22 a 26 cm.
- Pinchamos la superficie con un tenedor y cubrir la capa superior con otra hoja de papel de horno. Ponemos algún tipo de legumbre, como garbanzos o alubias, para que la masa no suba.
- Horneamos durante 20 minutos, aproximadamente.
- Sacamos, y dejamos templar. El horno no lo apagamos.
- Mientras prepararemos el relleno.
- Echamos en un cuenco los huevos, la nata y un poco de pimienta molida.
- Batimos bien. Añadimos el queso rallado y mezclamos.
- Quitamos el papel con las legumbres de la superficie de la masa recién horneada. Repartimos el brócoli (o cualquier otro tipo de verduras que tengamos en la nevera ya cocida y escurrida).
- Vertemos por encima la mezcla anterior.
- Cortamos en trozos los pimientos del piquillo y repartimos junto con los filetes de anchoa.
- Introducimos de nuevo la quiché al horno y dejamos unos 25 minutos más, hasta que veamos que tiene un color dorado uniforme.
- Apagamos el horno, abrimos la puerta de este y dejamos templar el quiche en su interior.
- Sacamos, repartimos y degustamos.
Personalmente me gustan las quichés de un día para otro. Tienen más sabor y mejor textura. Para degustar, tan solo es necesario templar en el horno y degustar. Aunque, dependiendo de vuestros gustos, también se puede tomar fría. Elaboraciones fáciles que, con un poco de imaginación y cuatro cosas contadas, nos permiten hacer un plato completo y de lo más resultón en muy poquito tiempo.