Las puchas eran el dulce típico la noche del Día de Todos los Santos en Castilla la Vieja hace muchísimos años.
La madre de mi abuela ya las preparaba, después fue mi abuela quien paso la receta a mi madre. Mi madre me la ha pasado a mí, pero en la casa de mis padres, que yo recuerde, no las ha preparado.
Las natillas «de pobres», como las llamaba mi abuela, era un alimento, aunque consistente, de clase baja, ya que no tenían huevos ni leche entre sus ingredientes.
Los fogones de antiguamente preparaban estas puchas (nombre que se da al barro de los charcos cuando llueve) con agua de anises, azúcar, harina y picatostes de pan duro porque del blando por aquella época no se conocía.
Aunque, como en todo, por aquel entonces había puchas de primera y de segunda.
Las de «primera» eran las que estaban preparadas con azúcar refinado. Las de «segunda» las preparaban los hogares más humildes con el agua que soltaban las remolachas al machacarlas.
Pero el recuerdo de ir a casa de mi abuela junto con mis primos y tíos a comer un buen plato de puchas siempre se me quedará en la mente, como esas tortillas francesas, que preparaba mi abuela en aquella vieja lumbre de leña. Cuantos recuerdos, todos buenos…
Por cierto este post se le dedico a Su que hemos coincidido en receta y día de publicación con sus Puches Conquenses.
Raciones | 1 puchero |
- 1/2 l Agua
- 3 cucharadas Anís en grano
- 5 cucharadas Azúcar blanco
- 4 cucharadas harina de trigo
- Aceite de oliva virgen
- sal Una pizca
- pan Picatostes de pan
Ingredientes
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- Ponemos a cocer en un cazo el agua con los anises y el azúcar.
- En cuanto empiece a cocer tapamos y apagamos el fuego, dejando el cazo al calor.
- En una sartén con aceite de oliva doramos la harina.
- En cuanto empiece a tostarse, sazonamos y, añadimos la infusión de anises, previamente colada.
- Con unas varillas removemos hasta conseguir una crema espesita y sin grumos.
- Repartimos las Puchas Castellanas caliented en cuencos y servimos acompañadas de unos picatostes.