Antes de Semana Santa una receta de Potaje de Cuaresma tradicional, muy buena y fácil de cocinar, para que hasta los niños se la coman sin problemas. Un potaje que lleva de todo.
Para degustar este potaje de cuaresma en su mejor momento es necesario que lo preparemos de un día para otro, ya que de esta forma todos los ingredientes se asentarán y nos ofrecerán lo mejor de ellos.
Partiendo de esta base, dos noches antes al día «D», ponemos a remojo los garbanzos con agua caliente, una pizca de sal y otra de bicarbonato.
Además lavamos el bacalao desmigado y le dejamos en un bol con agua guardado en la nevera. La jornada antes del día «D», escurrimos y echamos en una olla exprés los garbanzos junto con la cebolla pelada y cortada en cuartos, la hoja de laurel, los dientes de ajo pelados y una pizca de sal.
Cubrimos de agua y ponemos a cocer.
Cuando empiece a cocer, desespumamos, tapamos la olla y dejamos a fuego bajo 15 minutos. Mientras, lavamos y limpiamos las espinacas.
Escaldamos en agua hirviendo un minuto, sacamos, lavamos bajo agua fría, escurrimos y reservamos. Cuando pase el cuarto de hora, retiramos del fuego y dejamos que se temple la olla antes de abrirla.
Echamos en la olla, las espinacas y el bacalao escurrido. Removemos con cuidado y añadimos el arroz.
Dejamos cocer, sin tapar la olla, otros 15 minutos a fuego medio-bajo.
Preparamos un sofrito en una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva, el pimentón y la harina.
Vertemos en la sartén un poco de caldo de la cocción, removemos y lo echamos de nuevo a la olla.
Añadimos el huevo batido, removemos con cuidado y rectificamos el punto de sal.
Dejamos cocer otros cinco minutos. Apagamos el fuego y retiramos.
Al día siguiente calentamos el potaje de cuaresma. Servimos y degustamos el potaje de cuaresma una receta tradicional deliciosa.
Notas de la receta
En casa solemos preparar mucha más cantidad con la intención que nos sobre para otro día. Si en un par de días (guardado en la nevera), no lo utilizas, lo congelas y sirve para otra ocasión.