Un par de días antes, compramos la pluma de cerdo (también nos puede servir secreto, presa, solomillo o lomo), limpiamos de restos de grasa la pluma ibérica y colocamos en una fuente de cristal.
Cubrimos la carne con agua y añadimos el orégano, la ramita de romero, los ajos aplastados y media cucharada de sal.
Tapamos con papel film y guardamos en la nevera.
Procuramos dar la vuelta a la carne cada ocho horas.
A primera hora de la mañana, en la que la vayamos a consumir, escurrimos y reservamos en la nevera hasta que la preparemos.
Para ello, echamos unas gotas de aceite de oliva en una sartén y hacemos la carne a nuestro gusto a la plancha.
Sacamos la pluma ibérica, servimos en platos y acompañamos con las patatas, que habremos asado en el horno (enteras y sin pelar), durante 1 hora a 180, aderezadas con un hilo de aceite de oliva, sal negra y romero.