Las patatas con espinazo a fuego lento son una de las recetas que mi madre elaboraba más veces al cabo de la semana sobre la cocina de leña. Parece mentira que con ingredientes tan básicos y económicos salieran unos extraordinarios guisos caseros tradicionales como estas patatas con espinazo.
El día anterior a la elaboración de las patatas con espinazo, sazonamos y aderezamos con orégano cada uno de los huesos de espinazo de cerdo. Reservamos en la nevera.
En una cazuela amplia, echamos los huesos de espinazo con la cebolla, limpia y cortada en cuartos, la hoja de laurel, los ajos pelados, el pimiento rojo cortado en trozos pequeños y la cucharada de pimentón dulce.
Cubrimos bien de agua, sazonamos y ponemos la cazuela a fuego fuerte.
En cuanto empiece a coger temperatura, bajamos un poco el fuego y dejamos cocer durante dos horas.
Durante este tiempo debes comprobar que la carne no “asome” por encima del agua. Si ocurre esto, añade más agua.
Pelamos las patatas y cortamos en trozos grandes.
Añadimos al guiso y dejamos cocer a fuego lento treinta minutos más, moviendo la cazuela de vez en cuando para que el caldo coja “cuerpo”. Es decir que el almidón de la patata espese un poquito el caldo del guiso.
Cuando tengamos las patatas con espinazo cocidas retiramos la cazuela del fuego y dejamos reposar cinco minutos, en lo que ponemos la mesa.
Servimos y degustamos, sin quemarnos la lengua con las patatas con espinazo, una receta tradicional, poco laboriosa pero que necesita algo de paciencia.