La deshidratación o desecado es una de las formas más antiguas de procesar alimentos y consiste en la extracción del agua y humedad, haciendo que la vida de las frutas se prolongue en el tiempo pero conservando gran parte de sus beneficios y propiedades.
Desde hace algunos años es fácil encontrar en los lineales de tiendas y grandes superficies este tipo de productos que se ha popularizado enormemente gracias a la búsqueda de alimentos saludables, llegando incluso a utilizarse en alta cocina, gracias que es una buena forma de disfrutar de aquellas frutas que no son de temporada.
Si bien es cierto que las fresas ya están disponibles para ser consumidas durante todo el año, debido al uso de nuevas variedades y a su modelo de cultivo intensivo, os tenemos que contar que hacer fresas deshidratas es muy fácil de hacer en nuestra propia casa, aunque no tengamos deshidratadora.
¿Cómo deshidratar fresas?
El procedimiento para deshidratar fresas, o cualquier otro tipo de fruta, lo más fácil es hacerlo en cualquiera de las máquinas específicas que hay en el mercado para realizarlo, aunque también podemos hacerlo de «forma manual», tardando más en obtener el resultado.
Basta con que tengamos un horno en nuestra cocina para poder hacer fresas deshidratadas. Para ello deberemos cortar en láminas finas las fresas (sin el pedúnculo) y colocarlas en la bandeja del horno, sin que estas lleguen a tocarse entre sí.
Encendemos el horno a la temperatura más baja que nos sea posible, entre 40 y 50 grados sería lo perfecto. Si es necesario, también podemos dejar entreabierto el horno, puesto que lo que queremos es secar las fresas, no cocinarlas, y para ello, la ventilación es primordial.
Introducimos la bandeja o bandejas en el interior del horno y dejamos durante 4 horas, aproximadamente. Dejamos enfriar y secar completamente antes de darlas uso o bien guardarlas en un tarro hermético y seco.
¿Cómo consumir frutas deshidratas?
Las frutas deshidratadas son un aperitivo muy saludable, pero sus usos son múltiples y diversos, tantos como tu destreza culinaria y tu imaginación te permitan.
Como condimento en bebidas, como ingrediente decorativo en galletas, bombones o chocolates, las posibilidades son múltiples y diversas.
Incluso, si conviertes en polvo las fresas deshidratadas puedes llegar a hacer palomitas con sabor a fresa como la repostera y bloguera Alma Obregón, embajadora de la campaña Fresas de Europa.
| Raciones | Tiempo de preparación |
| 4 personas | 5 minutos |
| Tiempo de reposo |
| 1 minuto |
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| Como condimento en bebidas, como ingrediente decorativo en galletas, bombones o chocolates, las posibilidades de las fresas deshidratadas son múltiples y diversas. Incluso, si conviertes en polvo puedes llegar a hacer palomitas con sabor a fresa
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- 90 g maiz en granos
- 100 g Mantequilla
- 2 cucharadas Aceite de Girasol
- 2 cucharadas fresas deshidratada en polvo
- Calentamos el aceite en una sartén u olla y añadimos unos pocos granos de maíz y tapamos con una tapadera.
- Cuando empiecen a estallar, con cuidado añadimos el resto de los granos. Tapamos de nuevo y agitamos bien la olla mientras siguen estallando las palomitas dentro.
- Cuando los estallidos pasen a producirse cada 3-4 segundos, retiramos del fuego y destapamos con cuidado (sale vapor y nos puede quemar).
- Mientras tanto fundimos la mantequilla en un cazo, la añadimos a las palomitas y removemos bien para que se empapen bien. Para finalizar, echamos por encima la fresa en polvo y removemos.
- Echamos las palomitas con fresas en un cuenco y a degustar.
