Recetas con níscalos en nuestro recetario tenemos unas cuantas, a las cuales añadimos esta de «Níscalos confitados«. Una receta para conservar níscalos más tiempo o nuestra nevera o bien para embotar y guardar en nuestra despensa.
Limpiamos de tierra los níscalos. Cortamos la parte última del tronco, comprobamos que no tiene ningún parásito, tipo gusano, que suelen darse cuando el níscalo ha estado mucho tiempo a la intemperie.
Colocamos en una cazuela alta y estrecha. Sazonamos a nuestro gusto, mezclamos suavemente.
Cubrimos con aceite de girasol (el de oliva le aporta mucho sabor y queremos que el níscalo sepa a níscalo).
Añadimos los ajos machacados y un par de clavos de olor.
Ponemos a fuego medio-alto.
En cuanto empiece a coger temperatura, bajamos y dejamos hacer a fuego suave durante 30-40 minutos. Moviendo la cazuela suavemente de vez en cuando.
Retiramos del fuego.
En este momento podemos degustar los níscalos como guarnición para algún plato de carne o pescado; para hacer revueltos de níscalos (tan solo tendríamos que añadir huevo batido con un poco de nata); para hacer níscalos al ajillo (escurrimos de aceite y freímos los níscalos con ajos picado finamente); o también podemos conservar los niscalos en tarros de cristal especiales para conservas.
Para ello rellenamos los botes de níscalos, y cubrimos con el aceite de confitarlos. Hasta que rebose.
Cuando tengamos todos los níscalos confitados repartidos, tapamos los tarros y hervimos los tarros en una cazuela con agua hirviendo durante 20 minutos.