En lo que coge calor, pochamos la cebolla con la mantequilla en una sartén grande, durante un par de minutos, sin dejar de remover.
Incorporamos la harina, removemos bien con la ayuda de unas varillas. Se formaran muchos grumos, no te preocupes.
Añadimos la leche y mezclamos con las varillas, hasta que se deshagan los grumos de harina y tengamos una salsa ligada y homogénea.
Cuando haya espesado la salsa, retiramos del fuego, salpimentamos al gusto y aderezamos con una pizca de nuez moscada. Mezclamos de nuevo y ya tendremos lista la bechamel.