El membrillo os durará en perfectas condiciones unos cuantos meses sin resecarse ni endurecerse, eso si, guardado en la nevera o en un sitio muy fresco.
Aunque el dulce de membrillo es la aplicación más conocida de esta fruta, tiene muchas más.
Al microondas, al horno, como si fueran manzanas asadas, sólo debemos lavar las piezas quitarlas el corazón y rellenarlas con azúcar (también podemos añadir pasas y un chorrito de coñac o ron), las ponemos en una bandeja con un poquito de agua y dejamos hora y media a 170º en el horno.
Cuando se enfríen, les podemos pelar si queremos y añadirles un poco de nata montada.
Todo un lujo de receta de dulce de membrillo, del que disponemos sólo en otoño. Con un poco de queso ya es pedir demasiado de bueno que esta.