En el campo, en los parques de alrededor, en la casa de los abuelos, en la nuestra propia, en la de los vecinos… ¿Quien no tiene una higuera cerca de casa?
Los higos son un fruto muy dado a comer fresco, aunque también es ideal para cocinarle en forma de mermelada, para la elaboración de tartas, dulce de higos, licores, etc., que ahora mismo se encuentra en su mejor momento. Ya sabes el dicho: «Por San Miguel los higos son miel».
En casa nos han enseñado que nunca, nunca, se tira nada. Que la fruta está muy madura, se hace con ella mermelada.
Que el melón no ha salido «dulzón», para ensalada. Que los vecinos nos atiborran de higos, pues se hace dulce de higos para todo el invierno (y temporadas venideras).
Y es que no hay nada mejor, y que más sorprenda a nuestros comensales que servir Dulce de higos con una tabla de quesos, algún plato de carne de cerdo (como por ejemplo con lomo o Secreto ). Pero es que también es ideal para degustar en la hora del desayuno o merienda con tostadas untadas de una buena mantequilla.
Instrucciones
- Lavamos y escurrimos los higos.
- Colocamos enteros, tal cual, en una cazuela.
- Vertemos el agua y cubrimos con el azúcar. Llevamos la cazuela al fuego, que lo tendremos medio-bajo.
- Dejamos hacer durante un par de horas, sin remover, para que no se nos rompan los higos. Con un simple "bamboleo" de la cazuela, de vez en cuando, será suficiente para que el caramelo impregne y cocine los higos.
- Retiramos, añadimos el zumo de limón, y rellenamos con los higos varios tarros de cristal que previamente habremos esterilizados.
- Cubrimos los botes con el almíbar sobrante, tapamos los tarros con su tapa correspondiente y etiquetamos.
- Guardamos en la nevera y ya tenemos Dulce de Higos para una buena temporada.
