Para tomar un Caldo casero tradicional calentito o bien unas sopas tan ricas como las prepara vuestra mamá.
Si ya sé que lo más fácil es ir al súper y comprar un brick de caldo, pero me da mucha rabia que, siendo una receta tan facilona, no apostemos por platos ricos, sanos y naturales.Y es que para hacer un caldo casero no hace falta ser Ferrán Adrià, ni siquiera ver un programa de Karlos Arquiñano. Basta con tener los ingredientes, una cazuela, agua y fuego o una fuente de calor tipo vitrocerámica, que una cocina a leña es pedir mucho. Aunque en estos tiempos, según está el precio del gas o gasoil que alimentan las calderas de nuestros hogares, igual nos toca cambiar a este sistema «ancestral» de calefacción.
En el súper, o grandes superficies, podemos encontrar bandejas con ingredientes suficientes para hacer caldo de puchero, es decir huesos blancos o de caña, un trozo de carne de vacuno, un trozo de pollo o gallina, un hueso de jamón añejo, etc. Un producto que, por poco más de tres euros, puede ofrecernos un caldo tradicional de lo más resultón y casero.
Aunque nosotros os recomendamos que vayáis a vuestra carnicería de confianza y pidáis al carnicero carne y huesos para hacer caldo o cocido. Igual es un poco más caro que la propuesta anterior, pero va en proporción a la calidad de los ingredientes.
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Caldo casero, una receta tradicional
Para hacer un Caldo Casero tradicional no hace falta ser Arguiñano, basta con tener los ingredientes, una cazuela, agua y fuego o una fuente de calor tipo vitrocerámica, que una cocina a leña es pedir mucho.
Una vez en casa tan solo deberemos sazonar tanto los huesos como la carne.
Echamos un par de cucharadas de aceite de oliva en una cazuela u olla a presión. Doramos la carne en ese aceite y añadimos las verduras limpias y enteras. Cubrimos con abundante agua.
Cuando empiece a hervir, desespumamos, tapamos y dejamos cocer a fuego lento durante una hora y media, si es en cazuela normal. (20 minutos si hacemos el caldo casero en la olla a presión). Rectificamos el punto de sal, si hiciese falta, y dejamos templar.
Desengrasamos el caldo, quitando la grasa que este en la superficie, colamos el caldo a otra cazuela y, si queremos, añadimos a este las verduras y trituramos con la batidora.
De esta forma tendremos ya nuestro caldo casero para degustar cuando queramos o bien guardar en tapers en el congelador para otra ocasión.
Si queremos hacer el caldo mucho más "sustancioso" podemos añadir unos fideos, así como la carne del caldo desmenuzada. De esta manera obtendremos una sopa que ¡revitaliza hasta un muerto! Fácil y rápido de cocinar, este es un caldo casero rico rico como diría Karlos Arguiñano.