Volvemos a los interiores… Con la ayuda de unas tijeras, a la altura de los ojos, cortamos los tentáculos y tiramos el resto. Abrimos los tentáculos y comprobamos si se ha quedado la boca del calamar entre ellos (muy parecida al pico de un loro), si fuese así retiramos. Lavamos los tentáculos y reservamos junto con el tubo y las aletas del calamar.