Las fresas son de las frutas más delicadas que existen. Se deterioran con rapidez y sufren más que ninguna otra fruta la exposición al calor, a la humedad y al transporte. Por eso es importante tener claras las pautas para manipularlas y preservar su óptima conservación durante más tiempo. Y si no hemos logrado detener su avanzado ritmo de maduración, desde Fresas de Europa nos dan algunas ideas de cómo aprovechar las fresas que estén demasiado maduras y éstas no acaben en la basura.
Para elegir las mejores fresas debemos escoger aquellas que no muestren una tonalidad pálida o con grandes áreas de color verde, esto último nos indicará que las fresas no están en su punto óptimo de maduración. También debemos prestar atención a que las fresas no presenten golpes ni haya piezas estropeadas, y a que la caja donde están las fresas no derrame jugos o presenten hongos. Esto es síntoma de que las fresas que están «tapadas» no están consumibles.
Una vez tengamos elegidas, compradas y en nuestra cocina, lo mejor para conservar las fresas en casa es no retirar el pedúnculo (las hojas verdes) hasta el momento de consumo.
No lavarlas hasta que no vayamos a comerlas. Guardarlas dentro del envase de compra o en un bol tapado con papel film ligeramente agujereado para que éstas respiren en la balda más elevada de la nevera. Sacarlas una hora antes del momento en que vayamos a consumir, de esta forma apreciaremos mucho más todo su sabor.
Pero si las tenemos mucho tiempo en la nevera, las fresas seguirán con su proceso de maduración y éste llegará a un punto en el cual no será del todo óptimo para su consumo al natural.
Si nos ocurre esto, os dejamos unos trucos o consejos para aprovechar fresas demasiado maduras:
Hacer confituras y mermeladas de fresas
Ésta es una salida muy digna para prolongar la vida de aquellas fresas que están algo más deterioradas o cuando disponemos de muchas unidades que no vamos a tener tiempo de consumir.
Para preparar una confitura con fresas añade unas gotitas de limón o de vinagre (para 2 kilos de fresas añade una cucharadita de café de limón o de vinagre para que actúe como espesante, ya que las fresas contienen poca pectina) y ponlo a hervir junto a las fresas y el azúcar. Estos ingredientes le restarán un poco de sabor dulzón y, además, ayuda a su conservación.
Zumos, batidos, licuados, helados, smoothies o granizados.
Da igual la modalidad que elijas, lo que debes tener en cuenta con cualquiera de estas elaboraciones, zumos, batidos, licuados, helados, smoothies o granizados, la fruta se aprovecha al completo y, como se tritura, no notarás su deterioro. Combínalas con leche, hielo, agua, yogures y frutas y bébete la fresa.
Gazpacho de fresas.
Si te gusta el gazpacho con tomates, prueba esta original receta de Gazpacho de fresas. Al batirse, se elimina todo rastro de imperfecciones. Para preparar un gazpacho de fresas necesitarás 500 gr de tomates maduros, 500 gr de fresas, ½ pepino, ½ pimiento verde, ½ diente de ajo (opcional), 50 gr de pan duro, 50 ml de aceite de oliva virgen extra, 20 ml de vinagre de manzana, sal y agua al gusto.
Para su elaboración, pela los tomates, el ajo y el pepino y pícalos en pequeños trozos. En un bol, humedece el pan con un poco de agua, el vinagre y la sal. Mezcla el resto de los ingredientes en la batidora y cuando estén bien triturados añade los ingredientes que habíamos reservado junto al aceite. Para que no queden restos de semillas, utiliza un colador o un chino. Sírvelo bien frío. Pero quien dice gazpacho también puede ser salmorejo de fresas.
Para postres de fresas que vayan al horno.
Existen multitud de postres en los que se utiliza la fresa horneada: muffins, tartas, bizcocho de fresas… Con el calor, la fresa se irá calentando y no percibirás si está demasiado madura, por lo que es una excelente alternativa para aprovecharlas.