Últimamente nos ha dado en casa por comprar tortas de queso y dentro de estas, una de las que más nos ha sorprendido, es la Torta Cañarejal.
La Torta Cañarejal es un queso artesano elaborado en la localidad vallisoletana de Pollos, con una textura y untuosidad únicas, que se caracteriza por un sabor potente, pero suave a la vez, que le otorgan las diferentes plantas aromáticas como el romero, la ajedrea, el tomillo, el espliego, el orégano o la salvia, de las que se alimentan las ovejas.
Una vez ordeñadas las ovejas, con la leche cruda y cuajo de cardo, la Quesería Cañarejal elabora unas tortas, de diferentes formatos (200, 500 gr y 1 Kg.), que se «curan» durante un mínimo de dos meses en las salas de maduración .
Una vez pasado este tiempo el resultado es un queso sorprendente de color exterior blanquecino y con un «corazón» interior untuoso de color entre marfil y pajizo y un aroma intenso característico, similar al de otras tortas de oveja que se elaboran en España como pueden ser la Torta del Casar o la Torta de la Serena, pero cada una de ellas con sus propias particularidades.
Con formato cilíndrico y con la corteza de color blanquecino/grisáceo, la Torta Cañarejal es ideal para tomar sola o bien como acompañamiento de otros platos.
Para degustar la Torta de queso Cañarejal es conveniente que esta esté a una temperatura que ronde los 20º. Con un cuchillo apropiado y afilado cortamos una base a un par de milímetros del lateral.
Al ser una masa cremosa esta se puede coger con trozos de pan, picatostes, colines o bien simplemente con una cuchara o cuchillo y lo vertemos sobre una tostada.
Si nos queda algo de crema volvemos a tapar la torta con la base que hemos recortado y si sabemos que la vamos a dar podemos incluso comernos la masa con la corteza.
Sea como sea hay que tomar la Torta de Queso Cañarejal en buena compañía y armonizarla con un buen vino blanco o espumoso de la cercana localidad de Rueda.
