La «mano de Buda» o «Citrus Medica», es un limón, bueno de la familia, de esos primos terceros o cuartos que viven en el lejano oriente.
Lo vi la semana pasada en un programa de KarlosArguiñano, que lo tenía encima de su espléndida encimera y lo enseño a la cámara.
Me quede perplejo, por qué no sabía muy bien que era esa «mano» que nos enseñaba Karlitos y de la que comentaba que era una fruta que se utilizaba como aromatizante por su fuerte contenido en aceites esenciales.
Fue probablemente el primer cítrico conocido en Europa, el cual se supone que lo introdujeron los ejércitos de Alejandro Magno.
La «mano o dedos de Buda» está documentada desde la época del Imperio Romano, donde la empezaron a utilizar como producto medicinal hasta que descubrieron sus dotes para la cocina.
Desde Roma llego a toda Europa y desde aquí, cruzo el charco hasta el continente americano por obra y gracia del imperio español.
La mano de Buda proviene de un arbusto o árbol pequeño de formas sinuosas y retorcidas que puede llegar a medir como máximo los 5 metros de altura.
Como en casi todos los cítricos, sus hojas desprenden un agradable aroma a limón y sus flores un perfume muy intenso a azahar.
Estos árboles rara vez se reproducen por medios de la semilla de sus frutos, ya que se produce con muchísima facilidad por medios de esquejes tomados de ramas de unos ejemplares maduros e injertados sobre naranjos o pomelos.
Aunque las frutas obtenidas de estos ejemplares serán bastante más pequeñas que las que da el árbol original.
El fruto en si puede llegar a medir hasta los 30 centímetros de diámetro, variando claro esta en cada una de las especias que forman la familia del «Citrus Medica».
Como algunos tipos de naranja, el fruto de este árbol puede ser dulce o agrios, aunque en ambos caso la carne es áspera y poco apetecible.
Fotografías cortesía de basecadet, mod as hell y Tokyobling’s Blog.