No hay nada mejor que recibir un regalo cuando menos lo esperas, y si encima son unos bombones y golosinas, de la casa belga Leónidas, la sorpresa es mayúscula.
Las confiterías Leónidas deben su nombre a su fundador Leónidas Kestekides, aunque el logotipo es otro Leónidas, el Rey de Esparta.
Leónidas Kestekides fue un hombre que se hizo a si mismo. Nació en Estambul, se crió en Grecia y, después de vivir unos años en Italia, se traslada a Nueva York donde comenzó a trabajar en una pastelería.
Unos años más tarde, en 1.910, Leónidas viaja hasta Europa para asistir, como miembro de la delegación griega de los Estados Unidos, a la Feria Mundial de Bruselas, donde fue galardonado con dos medallas, una de bronce y otra de oro, por la excelencia de sus productos.
Debido a esta visita, y gracias a que conoció en Bruselas a su futura mujer, Leónidas Kestekides se instala definitivamente en Bélgica. Después de afianzarse y montar unas cuantas pastelerías, Leónidas se rodea de su familia, hermano, cuñada y sobrinos, para ampliar el negocio.
Es tal la fama que tiene las confiterías Leónidas, cuenta con más de 1.400 puntos de venta en todo el mundo, que sus pralinés, mazapanes, golosinas de frutas y bombones, además de otras especialidades, deleitan los paladares más exigentes del planeta.
Los chocolates que elabora Leónidas, más de 100 variedades, están realizados con las mejores materias primas que se encuentran en el mercado.
Ni que decir tiene que estos bombones y gominolas que os muestro no tienen nada que ver a lo que estamos acostumbrados, y cuidado que me gusta el chocolate en todas sus versiones, bueno, quizá si, sólo a unos bombones y chocolates que tomamos (y nos trajimos) el año pasado de la tienda Godiva en París.
Si quieres, puedes echar un vistazo AQUI, para ver las pastelerías y confiterías españolas que venden los productos Leónidas.
Más información: Leonidas.com