¿Sabías que es en la provincia de Segovia donde la fresa comienza su primera etapa de vida?
En abril muchos campos segovianos siembran las «plantas madre» de las fresas, para luego, en octubre, aprovechando que el frío castellano para el ciclo reproductivo e induce la floración, la gran cantidad de plantas de fresas obtenidas de estos plantones, se arrancan y seleccionan en naves para ser transplantadas en tierras más calidas, como el sur de España, el norte de África y otros puntos de Europa.
El cultivo de la fresa en Segovia comenzó a funcionar, de manera experimental, hace algo más de 30 años en la comarca de El Carracillo, sobre todo en el pueblo de Chañe, al norte de la provincia.
Por aquel entonces, como te puedes suponer, la superficie cultivada era muy pequeña, pero viendo los excelentes resultados ofrecidos por el producto en las tierras segovianas motivaron que muchos más agricultores de la zona se apuntarán a este novedoso cultivo que daba muy buenos rendimientos, económicamente hablando.
Este éxito fue debido a la gran mejoría que supuso para la planta las tierras y el clima de Chañe, ya que de este modo, casi todos los viveristas onubenses cambiaron su suelo por las tierras castellanas, para obtener los plantones de la planta de la fresa.
Estos agricultores, que se han asociado en cooperativas a lo largo de estos años, han invertido en investigación y desarrollo para ir sustituyendo las variedades tradicionales por otras nuevas y más productivas, como la variedad «Fresa splendor«. Gracias a este cambio, y las últimas innovaciones técnicas para este tipo de cultivo, podemos disfrutar de esta fruta de temporada en cualquier época del año.
Hoy en día, para que te hagas una idea, en la zona de El Carracillo se cultivan cerca de 60 hectáreas, las cuales producen alrededor de 60 millones de plantas de fresa de cuatro variedades diferentes, que surten tanto a los inmensos viveros de producción que existen en la provincia de Huelva como a productores de Inglaterra, Alemania o Marruecos.
Toda esta apuesta por el I+D en el campo de la fresa ha servido para ampliar mercados a la producción. Las variedades splendor, honor y virtue, llamadas de día corto, no sólo han encontrado mercado en Huelva, sino que también llegan hasta Marruecos, a la costa oeste de Portugal, al sur de Italia y Grecia.
Después de todo esto, y gracias a todo ese esfuerzo por cultivar la planta de la fresa, ha hecho que los agricultores hayan pensado por qué no cerrar una parte de ese ciclo y cultivar ellos mismos, en grandes viveros al estilo de Huelva pero en diferentes fechas del año, una variedad de fresa que nace y da sus frutos en el campos segovianos…
El resultado de este nuevo “experimento”, después de mucho trabajo, sacrificio e inversión económica, puedes verlo en las fotografías que acompaño en este reportaje.
Ya sabes, cuando compres fresas en cualquier lineal de algún supermercado en el envase podrá poner de donde viene la fresa, pero la planta, ten por seguro, ha sido cultivada en los campos de Chañe, en «El Carracillo», al norte de la provincia de Segovia, llamados actualmente la Huerta de Europa, por la gran cantidad de hortalizas y verduras que se cultivan y exportan a nivel nacional e internacional, pero de esto ya os hablaremos en otra ocasión.
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