Las guindillas de Ibarra, guindillas Vascas, Piperras, Piparras o Piperrak (en Vasco), son las guindillas por excelencia en el País Vasco.
Las piparras, piperras, piperrak o guindillas de Ibarra, por ser esta última la zona donde más se cultivan, es un producto originario del País Vasco, de reconocida fama, que seguro que en más de una ocasión has probado o, por lo menos, visto.
Como suele pasar en estos tipos de productos como son el Pimiento de Herbón (antiguo Padrón) o las Guindillas de Ibarra, al ser escasa su producción, y grande el nombre que les acompaña, ha originado que en muchas de las guindillas que se comercializan sin ser oriundas de su zona de producción, sin reunir si quiera las características que han dado reconocimiento de calidad al producto original.
La historia de la guindilla de Ibarra viene de lejos, ya que a lo largo del tiempo, los agricultores, en colaboración con la administración y los servicios de investigación Agraria del País Vasco dependientes de la misma, han ido mejorando poco a poco las características tradicionales de esta suave y tierna guindilla, hasta encontrar un tipo específico de la planta que es hoy base de la producción.
A la vez que han ido investigando el eco-tipo de la guindilla de Ibarra, ha ido creciendo la fama y el reconocimiento de la misma, más si cabe la gran acogida que han obtenido las guindillas Vascas frescas o «Langostinos de Ibarra» y las envasadas.
Fue en el mes de octubre de 1997 cuando la Fundación Kalitatea (marca de garantía agroalimentaria Eusko label), otorgó el Label Vasco del Calidad Alimentaria “Kalitatea” a las guindillas de Ibarra envasadas en vinagre siempre y cuando reúnan unos parámetros de calidad definidos en el reglamento de la Fundación. Una organización que sirve para identificar y distinguir aquellos productos cuya calidad o singularidad superan la media general del resto.
Para que una guindilla sea una verdadera «Guindilla de Ibarra», con denominación “Label Vasco de Calidad Guindilla de Ibarra” incluida, esta se tiene que haber sido producidas en caseríos del País Vasco situados en zonas que reúnen las condiciones geográficas y climáticas más apropiadas para su cultivo.
La guindilla de Ibarra se cultiva entre los meses de abril y mayo. Y su recolección se realiza, a mano y en su momento óptimo, entre los meses de julio a octubre, o mediados de noviembre.
Es en estas fechas cuando se pueden comprar piparras o guindillas vascas frescas para envasar en nuestra casa o elaborar a la plancha, con unas gotas de aceite de oliva y un poquito de sal gorda por encima es un bocado sublime.
Al ser una guindilla tan tierna, y prácticamente sin picor, es un producto muy adecuado tanto para tomar sola, como aperitivo, o bien como acompañamiento de las comidas, sobre todo, platos de legumbres.
Nosotros tenemos la suerte de tener familia directa viviendo en Rentería (Guipúzcoa), y gracias a ella han llegado hasta nuestra cocina un kilo de guindillas de Ibarra (frescas) y un litro y medio de vinagre, que venden especial para meterlas en conserva, que hemos guardado en botes para degustarlas dentro de un par de meses.
Entonces, podremos degustar de verdad unas guindillas que nos entusiasman en casa. Por eso te digo que si tienes la oportunidad de probar las guindillas de Ibarra, ya sean en conserva o frescas a la plancha, hazlo, no te arrepentirás!