El hambre en el mundo en vez de disminuir va en aumento, concretamente, este año son 40 millones más de personas desnutridas.
Esto es lo que se destaca del informe sobre el hambre «El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo (SOFI 2008)», presentado este martes 9 de diciembre en Roma por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
«Para millones de personas en los países en desarrollo, contar a diario con una cantidad mínima de alimentos para llevar una vida sana y activa es un sueño lejano. Las causas estructurales del hambre, como la falta de acceso a la tierra, crédito o empleo, combinados con los altos precios de los alimentos, continúan siendo una triste realidad», aseguró el Director General Adjunto de la FAO Hafez Ghanem.
Los precios de los principales cereales han caído más del 50% en lo que va de año, pero sin en cambio, siguen todavía altos si los comparamos con años anteriores. Con precios de semillas y fertilizantes (y de otros insumos) a más del doble de su nivel de 2006, los campesinos de países subdesarrollados no han podido aumentar su producción. Cosa que los agricultores de los países desarrollados han podido hacer, a pesar del alza de precios de los insumos, aumentando sus plantaciones. Como consecuencia, este año que termina se espera que la producción de cereales en los países desarrollados crezca al menos un 10% por un 1% que lo haga en los países en desarrollo.
«Si el descenso de precios y la restricción del crédito asociada con la crisis económica fuerza a los campesinos a producir menos alimentos, el año próximo podríamos asistir a otro brusco alza de los precios», subrayó Ghanem. «El objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) de 1996, de reducir a la mitad la cifra de hambrientos en 2015, requiere un fuerte compromiso político e inversiones en los países pobres de al menos 30.000 millones de dólares EE.UU. anuales para la agricultura y cobertura social para los pobres».
El 65% de personas que pasan hambre en el mundo se concentran en siete países, de los cuales 2 son «emergentes», como son China, India, República Democrática del Congo, Bangladesh, Indonesia, Pakistán y Etiopía.
Como dato positivo, algunos países del Sudeste asiático, como Tailandia y Vietnam han realizado avances notables hacia los objetivos de la CMA, mientras que Asia meridional y central han experimentado retrocesos en la lucha contra el hambre.
En África subsahariana, una de cada tres personas (236 millones en 2007) sufre de desnutrición crónica, el porcentaje más alto de personas desnutridas sobre el total de la población, según el informe.
Lo peor es que la situación del hambre en el mundo puede deteriorarse todavía más si la crisis financiera golpea la economía real de cada vez más países.
La reducción de la demanda en los países desarrollados amenaza los ingresos que los países en desarrollo obtienen a través de las exportaciones. Las remesas de los emigrantes, las inversiones y otros flujos de capital (incluyendo la ayuda al desarrollo), se encuentran también amenazados. Las economías emergentes en particular son susceptibles del impacto duradero de la restricción de créditos, incluso si la crisis es de corta duración.
Por cierto, ¿que te parece la fotografía del post? Es la nueva campaña de WWF, World Wide Fund for Nature (Fondo Mundial para la Naturaleza). ¿Impactante verdad?
¿Qué opinas? ¿Terminaremos comiéndonos nuestro futuro?