Las legumbres en conserva se han convertido en un ingrediente básico en nuestra despensa. Da igual que sean de garbanzos,...
Una buena manera para comenzar un aperitivo informal es presentar en la mesa unos sencillos y sabrosos panecillos de sobrasada. La masa que usamos en esta receta ya la utilizamos hace tiempo para elaborar una focaccia de aceitunas verdes. Aunque posteriormente también, con parte de la masa inicial que teníamos congelada, elaboramos unos panecillos de aceituna.
El verano es para disfrutarlo, al igual que muchos productos artesanales y únicos que si ya de por si solos están deliciosos, si los unimos la combinación resulta espectacular. Esto es lo que nos ha ocurrido con este Bocata de sobrasada y crestas de gallo. Una propuesta algo "radical" que se puede "suavizar" quitando de los ingredientes principales las crestas de gallo. Aunque si te gustan, seguro que este paso no te lo saltarás.
La focaccia es muy popular en Italia y generalmente se aliña con aceite de oliva y hierbas locales al que se añade queso y carne todo ello aromatizado con diversos vegetales. La pasta de la focaccia es similar en estilo a la pasta de la pizza consistente harina de alto contenido de gluten, aceite, agua, azúcar, sal y levadura.
Cada vez que tomamos una quiché solemos decir que por qué no la preparamos más veces. Y es que es un tipo de elaboración que, aparte de estar deliciosa, nos quita de más un apuro. Me explico. Una visita inesperada, una comida/cena de amigos a la cual no sabes que llevar, una celebración familiar, un capricho culinario..., pues para todo esto y más, con una quiche quedamos fenomenal. Y lo mejor es que se prepara en un periquete, se hace en menos de una hora, y podemos hacerla de un día para otro. La única condición es que tengamos en nuestro congelador una masa de hojaldre, o en la nevera una masa de hojaldre fresca, como en nuestro caso a la hora de elaborar esta “Quiché de sobrasada y orejones”.
Desde hace tiempo se viene usando en la cocina piezas de carne del cerdo ibérico que no son jamones, paletilla, lomos o solomillos y la pluma ibérica es uno de las más apreciadas. La pluma ibérica es la parte anterior del lomo del cerdo, ibérico en este caso, que no tiene nada que ver con la punta de lomo, que es un recorte del lomo y que lo llaman "filete de carnicero". La pluma ibérica es de forma triangular, no muy ancha de espesor y con un peso que se aproxima, más o menos, a los doscientos gramos. Una carne muy jugosa si lo hacemos en su punto, pero como todas las carnes, algo seca si nos pasamos.