Si hay algún electrodoméstico en tu cocina que usas más de una vez al día ese es sin duda el microondas y no sólo en casa, también en el trabajo, en los colegios, en los bares y en muchos lugares más. Si bien es cierto que sus inicios fueron inciertos por los miedos que ocasionaba, por la falsa creencia en los efectos negativos que podía producir en nuestra salud, actualmente ya no concebimos, por ejemplo, calentar la leche de nuestro café de la mañana en un cazo en la vitro. Pero no sólo sirve para calentar líquidos o recalentar comida precocinada congelada. Nada más lejos de la realidad.
Ajo en Polvo
El ajo en polvo se hace generalmente a partir de dientes de ajo que han sido picados y deshidratados. El ajo ha recibido a lo largo de la Historia el sobrenombre de “medicina del pobre”, por su precio asequible y sus múltiples efectos beneficiosos: es capaz de reducir el colesterol, tiene propiedades diuréticas y contiene muchas vitaminas. De hecho en la Edad Media se usaba para combatir enfermedades, aunque disminuyó su utilización cuando empezó a relacionarse con la brujería y los vampiros.
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