Los Florones Castellanos son muy llamativos y de textura crujiente, que al comerles se suelen romper con facilidad y se han elaborado tradicionalmente en las cocinas de las abuelas o de nuestras madres. Estos dulces antiguamente eran "obligados" en toda clase de celebraciones, cumpleaños, bautizos, fiestas, y especialmente en Semana Santa.
En un cuenco se baten los huevos con el azúcar normal, hasta que la mezcla blanquee. Se incorpora el aceite, el aguardiente y el licor de anís y el de grano, se remueve todo con la espátula y se añaden la harina y la levadura. Se trabaja hasta conseguir una masa uniforme (se obtendrá el punto cuando no se pegue excesivamente).
La cocina de Semana Santa es muy amplia, va desde infinidad de platos salados como puede ser desde un Potaje de Cuaresma a recetas de postres como unas deliciosas Torrijas, pasando por platos de pescado a base de bacalao, entre otros muchos, por la Cuaresma. Otra de las recetas que también brillan estos días es la de las "Rosquillas fritas". Una elaboración tradicional a base de harina, huevos, azúcar, aguardiente (Anís no que suele "endurecer" más la masa), y otros ingredientes, dependiendo de la zona, que dan como resultado un dulce tradicional de la Semana Santa a nivel nacional.