Según la Wikipedia, la Pizza siciliana o Sfincione (Sfinciuni en siciliano) es un tipo de pizza originaria de la ciudad siciliana de Palermo (Italia), que al contrario que la Pizza Napolitana suele tener forma cuadrada o rectangular, una base de masa más gruesa, mucho mayor contenido de queso, a la que se le añade finalmente pan rallado por encima. Si rebuscamos por la red podemos encontrar que la Pizza Siciliana o Sfinciuni es considerada por muchos como "La Madre de todas las Pizzas". Como en casi todas las recetas tradiciones estas han partido primero por la necesidad de la primera persona que la elabora y segundo por aquellas otras que han dado su "toque" particular o cambio, que ha llegado hasta nuestros días.
Aceite de oliva
Aceite de oliva (mezcla de oliva refinado y oliva virgen)
Para hacer un Caldo Casero tradicional no hace falta ser Arguiñano, basta con tener los ingredientes, una cazuela, agua y fuego o una fuente de calor tipo vitrocerámica, que una cocina a leña es pedir mucho. En el súper, o grandes superficies, podemos encontrar bandejas con ingredientes suficientes para hacer caldo de puchero, es decir huesos blancos o de caña, un trozo de carne de vacuno, un trozo de pollo o gallina, un hueso de jamón añejo, etc. Un producto que, por poco más de tres euros, puede ofrecernos un caldo tradicional de lo más resultón y casero. Aunque nosotros os recomendamos que vayáis a vuestra carnicería de confianza y pidáis al carnicero carne y huesos para hacer caldo o cocido.
De mi visita a Barbate, además de las fotografías de nuestra visita al restaurante El Campero, me traje en la maleta unos extraordinarios solomillos de atún cocido envasados al vacío. El solomillo de atún cocido es un producto esterilizado y envasado al vacío, que no necesita frío, y tiene un año de fecha de caducidad. Por este motivo me decanté por él y de otros pates de los que ya os hablaré, cuando visitamos la fábrica de salazones, conservas y ahumados "La Chanca".
No hay semana que en casa no elaboremos como mínimo un par de recetas de pollo. Asado, guisado, frito, horneado, relleno, en ensalada..., da igual como le preparemos, es un alimento "comodín" muy útil en nuestra cocina. Después de preparar infinidad de recetas de pollo, en esta ocasión hemos decidido presentar en nuestra mesa una bandeja llena de Pollo frito con miel y sésamo.
Estamos en temporada de setas. Gracias a ello podemos disfrutar en nuestra cocina de un producto tan fresco, natural y exquisito con son las setas y hongos en infinidad de recetas que deleitan nuestro paladar y el de todas aquellas personas que nos acompañen en la mesa. Una de estas recetas tradicionales de setas son los Espaguetis a la carbonara con setas. Una propuesta deliciosa que podemos hacer algo más ligera si prescindimos el beicon o tocineta, y cambiamos la nata por leche evaporada a la hora de realizar la carbonara, que apenas notaremos en el resultado final.
No sé si te habrás dado cuenta, pero si vas a cualquier frutería o al mercado, te encontrarás de lleno con unos pimientos, de todo tipo, en su máximo esplendor para utilizar en nuestra cocina. En una de las últimas visitas al mercado me hice con un kilo y medio de pimientos morrones, 3 unidades, fresquísimos, de carne bien prieta y de un intenso color rojo brillante, ideales para asar y disfrutar de ellos en alguna que otra ensalada o bien para acompañar alguna receta especial.
Tras unos días en los cuales no apetecían para nada encender el horno, este fin de semana pasado me "armé de valor" y preparé este Pollo con verduras y patatas al horno. Si bien esta receta es una mezcla de otras dos que hemos hecho anteriormente, como son el Pollo asado sobre verduras de temporada y Picantones asados con puré verduras, el resultado ha sido más que bueno.
Los mejillones en verano son toda una delicia. Si bien se pueden elaborar de muchas maneras, hoy os proponemos preparar unos Mejillones picantes, para "aliviar" un poco el calor veraniego. Esta propuesta es una de las recetas que más solemos preparar en verano. Debido a su fácil cocinado y su rápida ejecución, los Mejillones picantes son una propuesta fija de nuestro recetario particular.
Estamos en plena temporada de caza, palabra maldita para muchos, de goce para otros. Personalmente la caza es una afición que no me entusiasma, por el contrario me gusta cocinarla (y comerla) en elaboraciones como estas Alubias con liebre, Perdiz escabechada o Guiso de Ciervo. Y la verdad es que si no fuera por esta gente (quien no tiene un cazador en su familia), no podríamos disfrutar de estos platos exquisitos y únicos, propios de esta temporada, como esta receta de Palomas guisadas al vino tinto.
Los revueltos de patatas han sido una de las recetas imprescindibles y más elaboradas, a lo largo de los años, en las casas más humildes. Recuerdo que niño me encantaba remover el huevo con las patatas, cuando mi madre se ponía enfrente de la cocina bilbaína a prepararnos esta elaboración, día sí y día también. Una veces con chorizo, otros con bacalao, otros con jamón (de matanza, que se curaba en casa), con setas, níscalos, ajetes, etc. El revuelto cambiaba de sabor dependiendo de lo que mi madre se encontrase en la nevera. Por aquellos entonces no existían topes para tomar huevos a la semana y el colesterol no se sabía muy bien que era. Sólo había una consigna: "lo que no mata, engorda". Hoy todo es diferente, y podríamos cambiar ese dicho por "lo que engorda, puede matarte".
En verano nos gusta preparar en nuestra cocina escabeches de todo tipo. De carne, pescado, verduras, etc., todo lo que pueda ser escabechado, lo hacemos. Y es que además de ser una elaboración muy fácil y resultona, podemos disfrutar de ella en ese mismo momento o bien, pasados unos días. El escabeche es una técnica de conservación que se puede clasificar dentro de los "marinados". Es decir, cocinar ciertos alimentos en una mezcla de vinagre, aceite y otros ingredientes aromáticos.
Las crestas de gallo que comercializa Cascajares están cocinadas y envasadas con pimienta, tomillo, laurel y sal. Una propuesta que sólo necesita abrir y calentar al baño María. Así, de esta manera, están deliciosas, pero si se quiere se pueden emplear en otras elaboraciones como el "Risotto de crestas de gallo con foie" que os mostramos a continuación. Este producto no es para todo tipo de paladares ya que los más "tímidos" o "retraídos" no se atreverán ni si quiera a oler. Craso error, ya que las crestas de gallo de Cascajares están verdaderamente deliciosas.