El conocido cocinero de Humanes, Mario Sandoval, y su madre Teresa Huertas, se han puesto al frente de unos fogones improvisados a la entrada de este mercado, situado en la calle de Bravo Murillo, y compartieron con el público, en su mayoría jubilados, sus secretos para cocinar unas buenas torrijas del pobre.
La Comunidad, la Cámara de Madrid y los panaderos de la región organizaron este lunes una torrijada en el emblemático Mercado de Maravillas para promover el consumo de un producto, el pan, que aporta carbohidratos, proteínas vitaminas A, B1 y B2, ácido fólico, y minerales como elcalcio, magnesio, fósforo, yodo hierro y zinc. En el acto participó el cocinero Mario Sandoval.
Torrijas madrileñas
Durante la Semana Santa se estima que solo en la Comunidad se consuman casi 4 millones de torrijas artesanales a un precio medio de entre 1,80 a 2,30 euros la unidad. El consumo de las elaboradas en los hogares de cada madrileños se calcula en unos 8 millones de unidades, según fuentes de la Comunidad. Entre críticas y alabanzas, los asistentes dieron buena cuenta de todas las torrijas, tanto de las cocinadas allí mismo por Sandoval y su madre como de las ofrecidas por el gremio de los panderos.
En lo fundamental de la receta todos parecían estar de acuerdo: pan de dos días; cortarlo en rebanadas; empaparlo en leche con azúcar, canela y piel de limón; pasarlo por huevo batido, y a la sartén con el aceite muy caliente. Porque según la madre de Sandoval, que con ironía se autodefinió como «la madre del cordero», la base fundamental para hacer bien las torrijas es la temperatura del aceite, «que tiene que estar fuerte.
«Os he traído a quien me enseñó a hacer las torrijas, mi madre». Con estas palabras Mario Sandoval se dirigía al público mientras se afanaba en cortar el pan en rodajas para que Teresa comenzara a cocinarlas. Un pan que, a diferencia del candeal, lleva un poco de azúcar y de manteca de cerdo. Según los expertos, de esa manera tendrá un toque dulce y, además, se dorará pronto y no absorberá demasiado aceite al freír.
Receta tradicional de torrijas del pobre
Ingredientes para 16-20 torrijas
- 2 barras de pan de toriijas
- 6 huevos
- 1,5 kilos de azúcar
- Agua para el almíbar
- Esencia de limón (al gusto)
- Canela (al gusto)
- Aceite de girasol (imprescindible para que no haga espuma).
La receta para esta ocasión es la tradicional de la casa, «como las hacía mi madre y así me las enseñó», relataba Teresa Huertas a la vez que preparaba el almíbar con agua, azúcar, un chorrito de esencia de limón y canela.
En seguida una jubilada preguntó por la leche. Y es que la receta de ayer no contaba con este producto. En su lugar se utilizó agua, siguiendo la receta de las «torrijas del pobre», como afirmó Sandoval.
Pero sigamos con la preparación mientras se termina de hacer el almíbar -primero se tuesta el azúcar y luego el resto de los ingredientes-. En una preparación de agua, azúcar y esencia de limón se remojan las rodajas y se ponen a escurrir. Seguidamente, se rebozan en huevo y se fríen por tandas.
Trucos para hacer torrijas
En este punto comenzamos con los primeros trucos: el aceite, que será de girasol para evitar un exceso de espuma al freír las piezas, y la temperatura del fuego, ni muy fuerte ni muy flojo, lo suficiente para conseguir el tono tostado deseable (unos 3 o 4 minutos).
Tras freírlas, se pasan por azúcar y canela y se rocían con el almíbar preparado. ¿No es para chuparse los dedos? Eso debió de pensar una de las presentes cuando, al olor de la primera torrija que salía de la sartén, espetó entre risas a Teresa: «Dámela a mí…».
Afortunadamente hubo para todos, pues en previsión de la demanda, se habían preparado más bandejas con el objetivo, además, de promover el consumo de pan como alimento sano y nutritivo. Y es que, como reconocieron ayer en este acto compartido la viceconsejera de Economía e Innovación Tecnológica, Concha Guerra; el vicepresidente de la Cámara de Comercio, Salvador Santos Campano, y el presidente de la Asociación de Panaderos de Madrid, Ramón Ángel Gil, «el pan es un alimento necesario y esencial en una dieta cardiosaludable».
No en vano, contiene la mayoría de los nutrientes esenciales para vivir y, a pesar de su fama de engordar, no contiene colesterol, ayuda a regular el tránsito intestinal y previene el cáncer de colon.