Este fin de semana se están desarrollando las I Jornadas Gastronómicas Medievales de la provincia de Valladolid.
Hace unas semanas os hablamos sobre las I Jornadas Gastronómicas Medievales de la provincia de Valladolid. Un evento organizado por la Diputación de Valladolid al cual, por proximidad, nos hemos acercado toda la familia.
Las I Jornadas Gastronómicas Medievales de la provincia de Valladolid se han venido desarrollado en el Centro de Interpretación de la Naturaleza de Matallana, CIN Matallana, a lo largo de este fin de semana, 16 y 17 de junio.
Dentro de las murallas del antiguo monasterio cisterciense de Santa María de Matallana, la Diputación de Valladolid ha montado todo un campamento medieval donde niños, y no tan niños, puedan ver y aprender antiguos oficios medievales a través de talleres como el de cota de malla, de cuero, arquería, etc. Además de otras actividades como paseos en calesa o en burros.
Tras un «duro» aprendizaje, y un parentesís en los diferentes puestos de venta de quesos y empanadas, nada mejor que un buen almuerzo, medieval, claro está. Para ello, restaurantes de Villalba de los Alcores y Montealegre, han elaborado unos menús medievales adaptados a nuestros tiempos.
El segundo plato es la «Olla Morisca«, un guiso de garbanzos, cordero o carnero y especias que es el antecedente de los actuales cocidos regionales. Un guiso contundente, diferente, por el empleo de las especias musulmana, que ha sido todo un descubrimiento, personalmente.
Tras este plato, el postre: «Almojábanas rellenas«. Una adaptación libre de una receta árabe del siglo XIII, elaborada con dos obleas de empanadillas grandes, rellenas de queso, que una vez fritas, se adereza con un buen riego de miel y canela. Este menú, con vino, pan y café se puede degustar, todavía en el día de hoy, en los diferentes restaurantes de la zona.
Sin duda para los mayores ha sido todo un descubrimiento las I Jornadas Gastronómicas Medievales de la provincia de Valladolid, pero quien mejor se lo han pasado han sido los niños que a través de juegos, talleres y demostraciones, han aprendido el valor que tienen las cosas y, sobre todo, que los tiempos han cambiado mucho. Afortunadamente, para mejor.