Este fin de semana pasado ha fallecido en Figueres (Gerona) Marketta Schilling, a los 87 años de edad.
¿Y quien es Marketta Schilling? os preguntaréis.
Pues Marketta Schilling fue la fundadora junto su marido Hans Schilling allá por el año 1961 del restaurante El Bulli, considerado hoy en día como el mejor restaurante del mundo.
La vida de Marketta ha dado muchas vueltas desde que naciera en el año 1919 en la antigua Checoslovaquia.
Marketta y Hans eran unos viajeros incansables a los que les gustaban la buena vida y el buen yantar (como a nosotros pero con más posibles). En uno de sus muchos viajes por España (de la cual se encontraban enamorados), y más concretamente por la Costa Brava en los años 50, descubrieron y se quedaron embobados de la solitaria y mágica cala Montjoi.
Según una entrevista realizada hace tiempo a su marido Hans (fallecido en 1999): “Fue hacia los 50. La guerra había terminado hacía unos años. El descubrimiento de este mar, la costa virgen… Cuando llegamos, no había nada en muchos kilómetros a la redonda. Conseguimos localizar al propietario y nos sentamos aquí (en el terreno donde hoy se levanta El Bulli), sobre una piedra. Preguntamos cuánto costaba esta parcela. Era muy poco dinero, pero entonces el dinero valía mucho. Salíamos de una guerra y lo primero era ganarse el pan”.
La pareja empezó construyendo su hogar, una casa con vistas al mar, para luego en 1961 empezar su sueño.
Empezaron con un mini golf, luego vino una terraza con una barra en la que servían bebidas frías a los visitantes que se acercaban a este punto, dos años más tarde (1963), construyeron un grill, y ya con el tiempo y tras unas cuantas ampliaciones configuraron el restaurante actual, El Bulli.
El nombre “El Bulli” es en homenaje a los bulldogs franceses de los que Marketta era una apasionada y tenía unos cuantos a su cargo, a los que ella llamaba, cariñosamente, “bullis”.
Al principio el restaurante ofrecía una cocina sencilla y sin complicaciones, con los años evolucionó, sobre todo a partir de que los Schilling, en 1971, contrataran al cocinero alsaciano Jean-Louis Neichel, que llevó al restaurante al territorio de las estrellas, las estrellas de la guía Michelin.
Neichel permaneció en el restaurante diez años, después, la pareja decidió contratar a un nuevo director para el restaurante: Juli Soler.
Tres años más tarde, en 1984, Soler ofreció el puesto de jefe de cocina, a un joven que venía recomendado por Fermí Puig (Drolma), amigo personal de Juli, el cocinero joven (aunque sobradamente preparado) era Ferran Adrià.
A partir de la unión de Adrià y Soler, salió una cocina creativa, estudiada, más vanguardista, algo que en aquellos años era impensable realizar en un restaurante español. Según el propio Adrià “al principio éramos gente sin experiencia y sin un duro que en una cala remota hacía una cocina creativa que no se entendía. Una locura”.
Seis años más tarde, en 1990, Juli Soler y Ferran Adrià compraron elBulli a sus propietarios, aunque el matrimonio siguiese viviendo en la casa de Cala Montjoi, donde era atendida por el equipo del restaurante.
A partir de aquí, ya es lo que se escribe y sabe todo el mundo más o menos de El Bulli.
P.D.: En más de una ocasión Marketta había mostrado su sorpresa ante el gran nivel alcanzado por el “grill” que ella creó.
Vía: El periodico.com
Fotografía carta-menu: elBulli.com
Fotografías: JOAN CASTRO para elperiodico.com