Óscar Velasco trabaja sin prisas, creando sin alardes y buscando la felicidad a través de la cocina. Cocinero ecléctico, clasicista y renovador, sus platos son el fruto de una larga experiencia y potente personalidad, llenos de sencillez pero abrazando a la vez la evolución de los tiempos, sin renunciar a su identidad y disfrutando con lo que hace.
Un oficio que corre por sus venas desde que éste era un niño. Tras sacarse su correspondiente título en su Segovia natal, Óscar lo celebró en el restaurante Zalacaín, poseedor por aquel entonces con dos estrellas de la Guía Michelin (recordemos que este fue el primer restaurante de España en ostentar tres estrellas) donde posteriormente iniciaría su etapa profesional como ayudante de cocina.
Tras este comienzo Óscar Velasco pasó por las cocinas de Martín Berasategui, donde ejerció durante dos años como jefe de partida. A finales de 1998 aceptó el reto de formar parte del universo de Can Fabes, del inimitable, y desaparecido, lamentablemente, Santi Santamaría.
Tres años más tarde, Santi Santamaría ofrece a Óscar Velasco la oportunidad de asumir el cargo de jefe de cocina en el nuevo proyecto del chef catalán, llevar la dirección gastronómica del Restaurante Santceloni, ubicado en el hotel de cinco estrellas Hesperia Madrid.
Desde entonces, y tras el fallecimiento de su mentor, Óscar Velasco se ha convertido en la esencia fundamental de uno de los restaurantes más relevantes del panorama nacional, reconocido con dos estrellas Michelin.
Esto no ha sido por casualidad, Óscar Velasco ha seguido con paso firme un camino díficil en el mundo de la cocina a lo largo de tres décadas de oficio. Un viaje que nos detalla en el libro que os presentamos hoy, el primero del chef segoviano, «Óscar Velasco. La Evolución sencilla», publicado por Planeta Gastro.
La Evolución sencilla de Óscar Velasco es un libro biográfico en el cual el chef nos cuenta su trayectoria y evolución en el mundo de la gastronomía y en el cual nos muestra 52 de sus recetas más significativas, ilustradas con extraordinarias fotografías de Joan Pujol-Creus.
«Nunca he querido convertirme en un buscador de estrellas, pero parece que eso es lo que debe ser un cocinero, un chef como yo. Después de mucha reflexión, mi objetivo vital es ser feliz a través de mi trabajo: cocinar. Nunca dejo de recordar lo que siempre me decía Santi Santamaría: «Los premios no tienen que ser el objetivo de tu trabajo, sino los frutos de éste. Tu objetivo tiene que ser el cliente satisfecho, aquel que se convierte en fijo y vuelve una y otra vez». Y, al menos en mi opinión, tenía mucha, muchísima razón».
