Francia presentará ante la Unesco una candidatura para que su gastronomía sea reconocida como «Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad».
La candidatura será anunciará mañana sábado día 23 por el presidente de la República, Nicolás Sarkozy, en la inauguración del Salón de la Agricultura de París.
Esta idea no es que la haya pensado Sarkozy, que podría ser, fue a finales del 2006 cuando un grupo de gastrónomos y chefs franceses, entre los que se encontraban Paul Bocuse, Alain Ducasse, Pierre Troisgros, Marc Veyrat y Michel Guérard, pensaron que una gastronomía tan rica y con tanta fama a nivel mundial como es la francesa, debería ser patrimonio cultural de la humanidad, creando para buscar este reconocimiento el Instituto Europeo de la Historia y de las Culturas de la Alimentación (IEHCA).
La verdad que lo tienen difícil, ya que para inscribirse en el Patrimonio de la Cultura Inmaterial de la Humanidad, hay que cumplir unos criterios algo estrictos, criterios que el propio Patrimonio no sabe muy bien cómo hacer usos de ellos.
La Unesco hasta el momento no ha reconocido ninguna gastronomía “concreta” como patrimonio cultural de la humanidad, ni tampoco Francia es el primer país del mundo que intenta inscribir su cocina en la Unesco.
Fue México en el año 2005 quien por primera vez intentó inscribir su candidatura «Pueblo de maíz. La cocina ancestral de México. Ritos, ceremonias y prácticas culturales de la cocina de los mexicanos» como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Candidatura que fue rechazada por el jurado, con la excusa de que México no cumplió con lo establecido en el párrafo 23.b.i de la guía, que señala que «cada forma de expresión o espacio cultural debe ser una creación específica y no simplemente un campo vasto de creación».
Lo que el jurado sí que les animó fue a que inscribieran al maíz como símbolo de la cocina tradicional y ancestral mexicana.
Aunque al IEHCA esto no le asusta, ya que sólo le bastará que la UNESCO reconozca que «la cocina es cultura«.
No seré yo quien ponga en duda si el maíz merece ser en sí patrimonio de la humanidad, como se demostró en el expediente mexicano. Ya que la UNESCO siempre se refirió al maíz y no a la cocina tradicional mexicana, como quería el propio país.
Me temo que si la UNESCO sigue ese mismo criterio, no sé, igual pide a Francia que en vez de la cocina francesa, que tiene muchos y muy variados matices según la zona donde miremos, pida a los franceses inscribir en dicho organismo una expresión de su amplia gastronomía como por ejemplo una de sus muchísimas clases de quesos, el pan u otro ingrediente identificativo con el país Galo.
La que sí que tiene muchas más opciones a inscribirse como «Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad», es la candidatura multinacional formada por España, Italia, Grecia y Marruecos “La Dieta Mediterránea”. Ya que esta cumple con muchos de los requisitos necesarios para su registro en la Unesco y por contar ya con el reconocimiento por parte de la Organización Mundial de la Salud y de la FAO, y casi todos los países europeos, como un modelo alimentario de calidad, saludable y sostenible.
