Margarita García es periodista, una apasionada de la cocina y autora del blog GastroAmantes.com. Además de presentar todas las semanas algunas de sus mejores recetas en un canal de televisión autonómico.
Como dato personal, y curioso, contaros que su abuela fue durante años cocinera del rey emérito Juan Carlos y gracias a ella y a las habilidades innatas que le ha transmitido su madre, siente que cocinar es una de las mejores maneras de conservar su pasado y sus recuerdos.
Para mantener presente parte de estos conocimientos Margarita García ha publicado su primer libro «La dieta ¡Qué sea Mediterránea!«
La dieta ¡Qué sea Mediterránea!, publicado por la editorial Oberon, recoge más de 70 recetas elaboradas con productos típicos de países mediterráneos. Recetas sencillas y saludables, que tienen una clara invitación a que nosotros mismos seamos los principales proveedores de salud de nuestro cuerpo, seleccionando y apreciando cada ingrediente a la hora de preparar sugerentes aperitivos, seductores postres, y unos suculentos y sabrosos horneados que nos van a simplificar y alegrar mucho la vida.
Dividido en varios capítulos, y estos a su vez en recetas elaboradas con productos del agua, de la tierra o del campo, «La dieta ¡Qué sea Mediterránea!» incluye elaboraciones tan deliciosas como unos salmonetes a la livornesa, unas albóndigas de buey con jengibre y mostaza sobre crujiente de queso o un pollo a la naranja con brandy y ciruelas.
Aunque también encontraremos cómo hacer un arroz con mejillones y alcachofas, una sopa fría de aguacate, pepino y maíz o un espectacular pastel salado de espárragos y berenjenas.
En el apartado de postres Margarita García nos sorprende con una tarta de queso con cremoso de café con avellanas o una torrija de pan brioche con piña y caramelo, entre otras cuantas recetas que nos dejarán salivando.
Además de las recetas encontraremos en La dieta ¡Qué sea Mediterránea! técnicas de cocina, consejos a la hora de combinar ingredientes, el uso de hierbas aromáticas, platos para dejar preparados de un día para otro, sin olvidar los empatados que aparecen en las fotografías en las que se aprecia cada ingredientes hasta casi sentir la tentación de cocinarlo cuando lo miramos.