La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, ha decidido retirar su propuesta para permitir la mezcla de vino tinto y blanco para obtener rosado, una práctica conocida como «coupage» y autorizada para los vinos comunitarios que tienen Denominación de Origen, pero no para los vinos de mesa.
Países como España, Francia e Italia llevan semanas criticando fuertemente la idea de la Comisión Europea de poder mezclar los vinos tintos y blancos para producir rosado de mesa por considerar que se permitiría una técnica «inaceptable» y que supondría un «engaño para el consumidor».
A pesar del rechazo del sector vitivinícola (primero el francés y más tarde el italiano y español), la comisaria europea, ha defendido en los últimos meses la necesidad de levantar la prohibición porque, a su juicio, «dejaba en desventaja a los europeos frente a competidores extracomunitarios que sí pueden exportar a la UE». Además, la Organización Internacional del Vino y de la Vid (OIV) permite esta práctica y Bruselas quería adaptarse a estos estándares internacionales.
Hoy en día, la Unión Europea prohíbe esta técnica o «coupage», pero paradójicamente se permite la importación de vinos rosados obtenidos por la mezcla de tintos y blancos importados de países terceros. En España, una derogación permitió producir vino rosado de mesa por la técnica del «coupage» hasta el año 2004.
Aunque parezca minoritario, el vino rosado representa el 8% de la producción vitivinícola a nivel internacional y abarca el 9% del consumo de vino en el mundo, según datos de la OIV, y el 75% de este tipo de caldos son elaborados en Europa.
Francia, defensora de que no se cambiase la normativa actual, es el primer país productor del mundo (5,9 millones de hectolitros en 2006), seguido de Italia (4,5), España (3,8) y Estados Unidos (3,8).
Por el momento, Mariann Fischer Boel «no cambiará las normas» para la producción de vino rosado de mesa en la Unión Europea y cuando a finales de junio se voten las normas etnológicas en el comité agroalimentario de la UE, votará por el «status quo» del rosado.
Vía: abc.es